Viajar es lanzarse al vacío y caer de pie: aunque te tires de cabeza, siempre quedará el aprendizaje, que nunca se detiene y la satisfacción de saltar sin haber dudado. Es ser consciente de que aunque nos estampemos contra el suelo, todo sirve para adaptarse y seguir.
Es despegar los pies del suelo y a la vez, aterrizar aquello que creíamos imposible. Es estar dispuesto a pasar de aquí , hoy, a millones de kilómetros lejos de «casa» (si es que esa noción aún no la ves borrosa), mañana.
Viajar es adaptarse, camuflarse, traducir aquellas ganas de aventura en hechos tangibles. Es enfrentar miedos, empoderarse, convencerse de que se puede lograr lo impensable, de comprobar que lo único que te frena es tu propia mente.
Es dejar atrás los malos ambientes, el estrés del trabajo, las «tusas» (males de amor), la soledad, la rutina, el aburrimiento, la presión de tener casa, carro y beca para ser «alguien» en la sociedad.
Viajar te abre la mente. Te hace pensar que eres apenas una pequeña abeja en esa gigantesca colmena llamada Tierra, y te obliga a ser humilde al entender que, por supuesto, no eres el centro del mundo. Y te hace comprobar que tal vez aquellas preocupaciones del día a día eran pequeñeces que te amargaban sin necesidad.
Es volverse esponja para absorber todo aquello que antes se hacía «extravagante», distinto a nuestra concepción de «normalidad». Es transportarse a otros planetas, que parecían tan lejanos, pero que al final descubres al alcance de tu mano.
Viajar te abre el apetito por nuevas culturas. Te hace querer entrar en la mente de la persona que habla otro idioma, que tiene otro color de piel, que escucha música que desconocías, que tiene otra religión, que se viste diferente, que tiene otros gustos, que come «cosas raras».
Es intentar comprender la diversidad y romper prejuicios, no conformarse con lo que te dicen, es experimentar, es ignorar estereotipos, abandonar el racismo y la xenofobia.
Viajar es ampliar horizontes, es querer ir más allá de tu barrio, de tu ciudad, de tu país, de tu continente. Es buscar y encontrar piezas para completar aquel rompecabezas que iniciaste cuando traspasaste el muro, y saber que, de todas formas, siempre quedarán faltando fichas.
Viajar es abrir bien los ojos y aguzar los oídos. Es sorprenderse, enorgullecerse de haberse precipitado. Es crecer, volverse más fuerte, de hierro, para ser capaz de dejarlo todo y mirar hacia adelante.
Es apreciar las pequeñas cosas, los breves momentos, lo efímero del tiempo, lo rápido que pasa la vida. Es valorar cada minuto y cada persona que aportó algo para hacerte aún más valiente, para revolver tus convicciones, para bombardearte con ideas transformadoras.
Viajar es evaluarse constantemente, es replantearse dogmas, es filosofar, obtener respuestas a partir de lo que ves. Respuestas que van saliendo de la mente, del corazón y hasta de los intestinos… es comparar entre lo que fue y lo que vendrá; entre el pasado, presente y futuro; entre lo que pasó y no volverá a pasar; o lo que dejó marca y definitivamente, no quieres soltar.
Es investigar, es leer, es escribir, es contar historias, es dejarse invadir de nostalgia y darle «reiniciar» a nuestro «PC» al día siguiente.
Viajar es renovarse, restaurarse, dejar que las soluciones surjan solas. Es nutrirse, alimentarse, recargar energías, resistir.
A veces no es fácil dar el paso, como si de parpadear se tratara, como si fuera algo involuntario. Los miedos acechan, la estabilidad engaña, mantener las apariencias puede pesar más que el plomo. Pero también a veces, la ambición de querer abarcar el mundo entero vence cualquier titubeo… y entiendes que vale más empezar desde ya, porque aún falta camino por recorrer. Y a veces, sólo a veces, vencen las ganas de arriesgarse a vivir.
@viejaqueviaja
Primero que todo: ¿La vieja que viaja?, creo que es el mejor nombre de bloggera viajera que he leido, jajajaa, cuando vi tu «me gusta» en instagrama, se me salió una carcajada.
Segundo: Llegué aquí por curiosidad (insisto, muy buen nombre), y me puse a leer quien eras tu. Que bueno que te encontré jajaja, al parecer en algo nos parecemos, pues al igual que tú, voy a dejar la seguridad de los que estudie, para dedicarme a hacer lo que me gusta: viajar!!, la diferencia es que soy chilena y dentista. El 4 de junio parto a Madrid a vivir con mi pareja y a improvisar mi vida (ya que claramente no tengo revalidada la carrera n.nU )…
Bueno, te ganaste una lectora nueva, me gustó muchísimo tu forma de escribir, un abrazo a la distancia!
Yae
Hola compi!!! 😛 Muchas gracias por leerme y por tus halagos jejeje. También te sigo en Instagram! Felicitaciones por tus planes! En la vida hay que tomar riesgos. Yo pronto iniciaré el mío!! Un abrazote también!!