Si apenas vas a empezar tu viaje por Colombia, seguro no sabes que es un país mega diverso, y eso incluye la comida. Como muy seguramente vayas a la turística costa Caribe, te dejo esta lista de los mejores platos típicos de la comida costeña colombiana, que deleitarán tu paladar. Aparte de eso, porque es mi comida favorita y la recomiendo a ojo [...]
Leer más¿De qué va este blog de viajes?
¡Hola! Y bienvenidos a este blog de viajes que tiene un nombre algo particular. Sí, ya sé: no tengo arrugas (aún), ni debo usar bastones para caminar, y aún así soy la “vieja que viaja”.
Pues el nombre es porque en mi país, Colombia, llamamos “vieja” a una mujer, sin hablar necesariamente de una persona de avanzada edad. Sería algo así como el “tía” de los españoles: no necesariamente es algún familiar, jejeje.
Y entonces, ¿de qué habla la “vieja que viaja”?
Pues aquí encontrarás información útil que usualmente contienen los blogs de viajes: cómo reservar vuelos, hoteles u hostales; qué hacer o qué ver en algún destino; qué maletas de viaje escoger, dependiendo de tu forma de viajar; qué seguro de viaje nacional o seguro de viaje internacional debes comprar para no correr riesgos, entre muchos otros temas.
Es decir, obviamente, encontrarás lo necesario para aprovechar tu escapada de vacaciones al máximo. Sin embargo, y dada mi historia personal, que te contaré más abajo (que incluye el periodismo, dejarlo todo para viajar por el mundo, hacer un viaje largo por muchos países, y la lucha por ser nómada digital), hay temas que se salen de lo común:
– Viajar sola
– Viajar barato
– Destinos
– Vivir en el extranjero
¿Quién es la “Vieja que viaja”?
Me llamo Paula Carrillo. ¡Un gusto conocerte! Soy periodista o, al menos, eso estudié en la universidad. Mentiras, el olfato periodístico no se pierde, aunque hayas renunciado a un estilo de vida tradicional para cumplir tus sueños, como fue mi caso.

Renuncié al periodismo para hacer un gran viaje
Pues eso, que me gradué de la carrera como periodista, hice un Máster en Relaciones Internacionales en Toulouse, Francia, y tengo más de 6 años de experiencia en televisión y agencias de prensa internacionales, así como oficinas institucionales.
Y entonces… ¿Qué pasó? Pues, básicamente, que mis pensamientos se resumían en una frase: “Sólo quiero viajar”. OK, eso, y… “Necesito irme de viaje”, “me da igual dónde viajar”, “quiero irme de viaje y no sé dónde”, “quiero ir muy lejos”, e infinidad de frases así.
Conclusión: la mitad de mi cerebro siempre se concentraba en estar a punto de emprender un viaje. Así, en mi vida “estable”, permanecía contenta mientras me mandaran a viajar en los trabajos que tenía, pese a que eran viajes de última hora.
Pero aparte de entrevistar y escribir o hacer directos para televisión, no me quedaba tiempo para otras escapadas.
Además, el regreso solía ser duro. Igual, aparte del trabajo, intentaba hacer viajes de fin de semana, o a lugares cercanos, para no caer en la rutina, como este corto que hice a un pueblo hermoso, llamado Guatapé, en Colombia.
En todo caso, pasaba tres cuartas partes de mi vida trabajando, y no siempre tenía vía libre para vivir la noticia en el terreno. Regresar a los trabajos de oficina era MORTAAAAAAL, hasta que por fin enfrenté la realidad: ¡Nunca fueron para mí! Yo quería conocer el mundo, y contarlo.
Estar encerrada me amargaba, me convertía en una persona que no era. La ciudad donde vivía en ese entonces, Bogotá, tampoco me terminaba de llenar. Eso, sumado a la crisis de los 30, me hizo tomar una decisión: vivir viajando.
Aunque debo reconocer que el detonante definitivo para irme sin billete de vuelta fue un trabajo con el Estado colombiano, que me hizo entender cómo se manejaban los hilos de la política desde las instituciones públicas.
Me indignó tanto, que sentí que tenía que irme lejos. Quería cortar con mi vida de entonces, como lo cuento en este vídeo:
Era hora de intentar algo diferente. Emprender un viaje a lo desconocido, buscar viajes sin destino, comprar billetes de avión con vuelta abierta, tomarme un año sabático… ¡Algo arriesgado!
Irme sin pensar en el regreso. Lanzarme al vacío, y sola, porque era una decisión difícil de explicar a quienes no han sido picados por el bicho venenoso “mucho viaje”.
Y aparte, que -acá “entre nos”- soy súper orgullosa y nunca he servido para insistirle a nadie.
Igual, ya había viajado sola en pequeñas escapadas y para estudiar: en 2008 me fui con un plan de Work and Travel a Estados Unidos, donde trabajé por el verano en el parque de diversiones Hersheypark.
Años después, me gané una beca de dos meses en Berlín para hacer un curso con la televisión alemana. Posteriormente, hice un Máster en Francia.
Pero nunca lo había hecho de esta manera. Y nunca, tan lejos.
Sin embargo, y antes de seguir con la historia de mis viajes, debo contarte que este blog existe desde mucho antes de que le diera este giro radical a mi vida. Solía hablar de destinos después de haber ido de vacaciones, o durante viajes cortos o de puentes festivos. También, luego de vivir fuera del país varios años.
Estos fueron los destinos de los que hablé en aquella época, y que tal vez te sirvan para definir adónde te gustaría viajar.
– Francia
– Brasil
– Perú
– Alemania
– México
Pero el énfasis de esta etapa de mi vida “estable” es, por supuesto, Colombia, porque allí fue donde nací, estudié, viví y trabajé como periodista por 6 años.
“Quiero viajar lejos”
¿En qué íbamos entonces? ¡Ah, sí! Después de darme cuenta que hacer periodismo de oficina no era lo mío, decidí irme al sudeste asiático, que está, literalmente, al otro lado del globo, partiendo de donde me encontraba en ese momento: Bogotá.
¿Por qué decidí estos destinos donde viajar sola?
– Quería ponerme a prueba e ir a lugares donde no hablaran español ni inglés ni francés, los idiomas que domino (seeeee, me gustan los retos).
– Había leído que era seguro para las mujeres que viajan solas por el mundo. No solo en cuanto a robos, sino en términos del respeto a las mujeres, que es lo que realmente tenemos en cuenta nosotras, al poner en Google “países seguros para viajar sola”.
QUERIDO HOMBRE QUE LLEGASTE AQUÍ CON LA INTENCIÓN DE VIAJAR SOLO: ¡Todos los tips de la Vieja que Viaja también te sirven! Es decir, los lugares para viajar solo, los pros y contras de viajar solo, y consejos para viajar solo por primera vez, también son para ti».
Pero, como entenderás, a ti no te preguntarán con taaaanta insistencia por qué lo haces, dónde está tu mujer, si no te da miedo… y será menos probable que te acosen porque no te ven viajando en pareja. Así que… ¡Gracias por tu comprensión, y bienvenido también!
– Los precios: había ahorrado aproximadamente unos 3000 USD y mis ahorros estaban en pesos colombianos (moneda ÚLTRA DÉBIL). Necesitaba los mejores destinos para viajar, pero que al mismo tiempo, me permitieran permanecer en la ruta por un período prolongado.
Si escogía viajes por Europa, estaba clarísimo que esos ahorros se iban a desvanecer en menos de nada. Conclusión: mi intención era viajar de mochilera sola, quién sabe hasta cuándo.
Finalmente, inicié mi viaje en febrero de 2017 y eso se extendió, se extendió, se extendió… hasta octubre de 2018, fecha en que regresé a Colombia, otra vez.
¿Qué hice en ese viaje sin tiquete de regreso y cómo logré estirarlo tanto?
Me convertí (sí, eso fue como un cambio de religión, jejeje) en una mochilera “de racamandaca”: iba haciendo voluntariados para viajar barato, por las razones que explico en este video:
También aprendí a hacer Couchsurfing para viajar sin gastar mucho, preferí usualmente los viajes low cost para definir mi ruta, que armaba a medida que iba avanzando… y hasta tuve una época en que me volví “la chica del autostop”.
Duré seis meses viajando por los siguientes países:
– Singapur
– Camboya
– Myanmar
Después de eso, y pese a todas las estrategias para viajar sin dinero, ya no me quedaban muchos ahorros. Sin embargo, viajeros que había conocido en el camino me habían contado que en Vietnam era posible trabajar como profesora de inglés, con un buen sueldo y sin mayores dificultades para hacerlo legalmente. Así que decidí probar suerte y allá terminé viviendo ocho meses. En los que, por cierto, me pasó DE TODO.
Te cuento más detalles sobre esta experiencia y mis viajes a Vietnam en este apartado del blog.
Pero te la resumo en un par de frases: me echaron de trabajos por primera vez, me clonaron la tarjeta, me estafaron infinidad de veces, me echaron de tiendas como si fuera un perro.
Pero la experiencia más dura de todas fue cuando la compañía para la que trabajaba legalmente me dejó de pagar (e implementé una estrategia para hacerlos pagar).
El viaje más largo 2.0
Vietnam fue la graduación del curso “cómo viajar sola por el mundo”, pero no solo eso: también del “nadie a mi me controla”, ni me falta al respeto, ni se burla de mi.
Es decir, me hizo una mujer fuerte y por ello, no me arrepiento de esa etapa de mi viaje sola.
Después de mi guerra de Vietnam, y de recuperar mi dinero, era hora de hacer un viaje (otro más, ya sé). Para mi, el hecho de soñar con irse de viaje es algo que nunca para. Viajar es, y siempre será una adicción.
Mientras trabajaba como profesora de inglés en Vietnam, me preguntaba a mi misma: Y ahora, ¿adónde deseas viajar? (cual genio en una botella, jejeje).
Y la respuesta no tardaría: subiría hasta Francia, desde Vietnam, por tierra. Tomaría el mítico tren transiberiano.
Me aguantaría de nuevo las voces de “estás loca”. Porque, inevitablemente, cuando dices “mujer y viajera”, tendrás que escuchar miles de opiniones, pese a que nunca las hayas pedido.
La diferencia estaba en que ya tenía un poco de “callo”. Ya no pensaba “me da miedo viajar sola”, ni “va a ser mi primera vez, y tengo miedo” (aunque el viaje por Asia tampoco era mi primer viaje sola; aunque sí el primero como mochilera, y viajando sin parar).
Así que terminé haciendo la siguiente ruta: Vietnam, China, Mongolia, Rusia, Letonia, Lituania, Polonia, Alemania y Francia. Cinco meses más de viaje en solitario.
¿Qué mejor manera para descubrirte a ti misma? En ese viaje, contando desde el inicio, aprendí más de la vida, de mi y de otras culturas, que lo que me enseñaron tantos estudios en la universidad».
Así que, a medida que fui avanzando, también escribí varios consejos de viaje, aquí en el blog, y en mis otros canales de comunicación, sobre los destinos de ese recorrido transmongoliano.
Volver a casa después de un largo viaje por el extranjero
De nuevo, ya no tenía dinero, y estaba un poco prevenida respecto a la manera que había escogido para viajar por el mundo trabajando (o sea, enseñando inglés en una cultura totalmente opuesta a la mía). Así que regresé a Colombia a finales de septiembre de 2018.
¿Qué pasó en ese tiempo? De nuevo, volví a la rutina de trabajar, pero con el objetivo claro de ahorrar para viajar. Total, ya era una experta en trucos para economizar porque lo había logrado viajando muy barato.
Mi mentalidad había cambiado, por supuesto. No pretendía volverme a llenar de cosas, ni comprar ropa en las rebajas. Ni los últimos zapatos, ni bolsos: no era mi intención abandonar el minimalismo al que me había acostumbrado en aquel buen viaje.
Conseguí dos trabajos urgentemente, y me alejé del blog de viajes por un tiempo, como cuento en este video de mi canal de Youtube:
Pero al cabo de 8 meses, después de haber reunido el monto suficiente para estirarlo por varios meses en el extranjero, reflexioné sobre esa nueva, pero a la vez, vieja vida – de ingresos que no se correspondían con mis expectativas vs. gastos permanentes y poca apreciación de mi trabajo y estudios-.
La decisión, entonces, no era tan complicada. Total, ya la había tomado una vez. Aparte, el “quiero viajar pero no tengo dinero” no invadía mis pensamientos, porque había implementado muchos métodos para ahorrar.
Por ejemplo, cuidé tres gatos durante mi estancia allí, y me ahorré unos buenos meses de alquiler en la fría capital colombiana.
Eso, entre muchas otras formas de guardar dinero, claro, como mercar (en colombiano, hacer mercado o ir de compras) en los lugares más baratos, y cocinar en casa.
Entonces, me incliné por tomar vuelo de nuevo. Tenía curiosidad por viajar a un país musulmán, porque quería conocer una cultura diferente. Y así, también debido a temas de visas y de mi pasaporte colombiano, escogí ir a Estambul, y viajar sola por aquella increíble ciudad. Igualmente – ¿por qué no?- recorrer toda Turquía, viajando sola.
Duré dos meses en este país, que me pareció uno de los mejores destinos para viajar.
Mejor dicho, no seamos tan inexpresivos, jejeje: ¡ME ENAMORÉ DE TURQUÍA! Me fascinó su historia, sus mezquitas, sus lugares turísticos milenarios, su comida, su hospitalidad. Y, por supuesto, sus precios, jejeje.
Después de eso, volví a España para estudiar un posgrado en Marketing Digital y, al mismo tiempo, seguir trabajando en mi proyecto de vivir de Vieja que Viaja.
Llegó la pandemia, pasé la cuarentena en Girona, donde tengo familia. Apenas se pudo salir, conocí Valencia, que se convirtió en mi ciudad favorita de España. En este vídeo puedes ver el porqué.
Luego, volví a hacer voluntariados, pero esta vez, en Sevilla. Allí pasé otro mes, para comprobar si se podía seguir viajando de esta forma en un contexto de COVID-19 y, por supuesto, contarlo a lectores del blog / suscriptores de Youtube / seguidores de redes sociales:
Luego, regresé a mi amada Turquía (donde no tenían restricciones en las fronteras), no sin antes pasar por una experiencia extrema: dos noches en una celda del aeropuerto de Bulgaria.
En realidad, intentaba hacer la misma estrategia de volar mega barato a Estambul, como lo expliqué en este post, pero esta vez, por mi nacionalidad y las restricciones del COVID-19, no funcionó.
Sin embargo, pude pasar dos meses más de ensueño en Turquía, y finalmente, terminando el 2020, regresé a mi país otra vez.
Vivir como nómada digital
Cada vez que regresaba a Colombia, volvía a trabajar en mi carrera, y esta ocasión no fue la excepción.
Pasé unos meses trabajando en mi canal de Youtube y aprendiendo nuevas maneras de ganar dinero por internet.
Aunque estuve tranquila en términos financieros gracias a ello (me sostuve con las descargas de las apps de video Tiktok y Kwai con mis respectivos códigos, lo que resultó ser un éxito), recibí una oferta laboral que definitivamente, no pude rechazar.
Se sintió bien volver a la vida estable y, sobre todo, a tener un sueldo fijo a fin de mes.
Nuevamente como corresponsal en Bogotá de una agencia internacional, me preparaba para volver a vivir en la capital colombiana. Pero era diferente: había aprendido que para vivir allí tranquilamente, había que estar muy cerca adonde fueras a trabajar. Si no, el fallido transporte público (donde, por cierto, he vivido la mayoría de los robos) podría amargarte la vida.
Así que viví un tiempo muy cerca de las oficinas del Estado (donde solía ir a ruedas de prensa, entrevistas, etc.).
Ese trabajo tenía todo lo que había soñado: un sueldo muy competitivo para el promedio colombiano, respeto absoluto por mis opiniones, valoración de mi trabajo y cero envidias entre compañeros.
¡Por fin tenía lo que siempre había querido en términos laborales! Pero un contexto internacional con el que nunca estuve de acuerdo me llevó a renunciar (seee, como siempre, la ética me ayuda -o me perjudica, como quieras verlo- en eso).
Afortunadamente, nunca volví a la vida rutinaria que llevaba antes de dejarlo todo para ir a Asia.
Siempre seguí pensando que debía mantener mis proyectos aparte del trabajo y así, si tenía que dejar determinado trabajo, no estaría esclava del sueldo / pagar deudas, etc.
Entonces, después de dejar nuevamente el periodismo, regresé con toda a este blog (con el que gano dinero si tú compras con mis links, así que de antemano, gracias), a Youtube, y a otra forma de ganar dinero estando lejos, que no tenía que ver con crear contenido: mánager de Airbnb.
Como ves, he aprendido MUCHÍSIMO en estos años viajando sola y sin parar. Entre eso, cómo pasar fronteras tranquilamente pese a irme, muchas veces, sin regreso.
¡Y eso que tengo pasaporte colombiano, que claramente no es viajar con pasaporte VIP, como los europeos o norteamericanos!
Quiero que tú tampoco tengas problemas de este tipo, y por eso te di los consejos más importantes en este video:
Los temas principales de este blog de viajes
Viajar sola
Primero, decirte que si eres un hombre que viaja solo, por supuesto que los consejos que doy acá te servirán. Es decir, los destinos para viajar sola son igualmente aconsejables para irse de viaje solo, pero no es así al revés. Para nosotras, los aspectos de seguridad son muy diferentes porque debemos extremar medidas.
Es decir, para qué nos ponemos con tapujos: nosotras nos preocupamos por los robos, sí. Las estafas, también. La seguridad del país en temas de conflicto armado, guerra o crimen, OK. PERO… lo que más nos preocupa es el respeto a las mujeres. “¿Me van a acosar?”, lo primero que piensas cuando vas a viajar sola por primera vez. O peor: “¿Me van a violar si decido seguir adelante, pese a que no tengo con quién irme de vacaciones?”.
Entonces, por supuesto, acá encontrarás muchos consejos para personas que viajan solas, sin importar el género, pero con un énfasis en los consejos femeninos.
El proceso de viajar sola
Diría que hay varias etapas en este proceso de descubrimiento personal, que acompaña a las mujeres que viajan solas por el mundo: La primera, los miedos iniciales. La segunda, el vencimiento de esos temores, y la tercera, las lecciones aprendidas: analizar los pros y los contras de viajar sola (o, como dije antes, las ventajas y desventajas de viajar solo).
Luego, vendrá la satisfacción de volver a unirse a ese club de las mujeres viajeras solas, porque una vez pruebas el sabor de la libertad, es difícil renunciar a él.
El antes: miedos y estereotipos de viajar solas
¿En serio te vas sola? ¿Pero sola, sola? Búscate una agencia de viajes para gente sola, por lo menos, ¿no? ¡O tours para mujeres solas! Viajar sola es peligroso, eres una mujer, te puede pasar cualquier cosa, te pueden violar. ¿Quién te va a proteger? ¡O pensarán que eres puta! Además, ¿a estas horas de la vida? Deberías tener una familia, un trabajo estable. Hijos… ¡Se te va a pasar el tren!”.
Seeeee, aunque parezca increíble, en pleno siglo XXI, y en nuestros países occidentales (donde, supuestamente, la mujer es libre de decidir, y donde hay igualdad de derechos) aún tenemos que escuchar charlas de este tipo😡.
Eso, porque aún existe la creencia de siempre sobre las “chicas solas y tristes”: es decir, no eres una persona por ti misma, sino que dependes de un hombre para ser feliz y que la sociedad te valore.
Ya sé, sé lo que tal vez piensas: “Ya Paula, basta del panfleto feminista, esto es un blog de viajes”. ¡Pero no! ¡Es que no me lo invento yo! Sinceramente, he perdido la cuenta de cuántas veces he aguantado los sermones de las “mujeres solas y tristes” (que siempre provienen de una persona que no viaja sola).
¡En fin! ¿A qué voy con todo esto? Pues que los miedos están y los estereotipos seguirán… a menos que la gente se acostumbre a ver que sí hay mujeres viajando por el mundo, y que no corresponden a ninguna de las ideas preconcebidas que existen.
Si es que nosotras queremos cumplir sueños también🙌. Y no queremos que nos juzguen por ello, como no harían con los hombres que viajan solos.
¡Ah! Y eso es cuando dices únicamente que te vas sola. Luego está el tema de los destinos para viajar sola por primera vez… o segunda, o tercera. Claro, imagínate dar la noticia a tu familia o amigos: “Me voy sola… (¿cómo se te ocurre? Bla, bla) a Colombia (REDOBLE DE SERMÓN, y caras casi infartadas)”.
OK, vete sola… (al menos para eso sirve decir un destino “peligroso”: para que no vean tan terrible el hecho en sí, jejeje) pero búscate destinos para viajar sola en Europa, o en cualquier otro lugar menos violento”.
Pero pasa que cuando empiezas a viajar, te das cuenta de que las noticias tal vez no reflejan el día a día de los habitantes de ese lugar. Tal vez sea un hecho excepcional, y por eso recibe el nombre de “noticia”. Y también, tal vez, te aburra que todo el mundo vaya a los mismos sitios.
“¿Es seguro Estambul para viajar como mujeres?”, te podrías preguntar entonces. Y si lo haces en voz alta, reacciones en 3, 2, 1: “Pero… ¿estás loca? Viajar sola a un país musulmán?”.
Y bueno, así sucesivamente. Cuando sabemos que muchas de las mujeres víctimas de feminicidios han estado en constante riesgo desde siempre… en su propia casa.
¡Me estoy extendiendo! Pero es que el tema me apasiona, y conozco todas esas dudas que te asaltan antes de iniciar un gran viaje. Aún más, si es tu primera vez.
Ahora imagínate las charlas ‘remasterizadas’ del momento en que dije: viajaré sola al otro lado del mundo, sin hablar ningún idioma local, sin billete de vuelta, y sin un ingreso fijo. ¡BOOM!»
Así que para eso es este blog: para motivarte, inspirarte, y hacerte ver que todas tenemos esos miedos, pero podemos vencerlos. No eres la excepción: Hay muchas mujeres haciéndolo ya, que te pueden servir de ejemplo.
Si en tu círculo social no las encuentras, Internet es una buena fuente de información… “no worries”. Y siempre puedes dejarme comentarios en los posts de este blog de viajes, por supuesto, si tienes alguna duda.
El durante: ¿Cómo vencer el miedo a decir “yo viajo sola”?
Primero, hay que mentalizarse y buscar motivación en otras mujeres que viajan solas. ¿Por qué es necesario escuchar consejos para mujeres, viniendo de nosotras mismas? Pues para comprobar que sí se puede, aunque tu círculo más cercano piense que no. Es importante para convencerte de que no estás loca, aunque te lo repitan muy seguido. ¡No eres un bicho raro! Hay muchas que lo están haciendo, sin problemas. Más de las que te imaginas.
El apoyo de otra mujer de viaje es clave: ¡Su experiencia que vale oro! Es decir, se trata de una viajera en solitario que ya ha pasado por donde tú te encuentras antes de empezar.
Una persona que desmentirá a quienes ni siquiera lo han ensayado, y que intentan apagar tus sueños. Al mismo tiempo, será más fácil escuchar “instrucciones para viajar”, de quien conoce los pros y contras de viajar solo, o viajar sola.
En conclusión: busca a esa amiga, aunque sea virtual, que te induzca a volar como quieres. ¡Necesitas a alguien que te diga “mira qué bien estoy sola”! Su caso te ayudará a lanzarte.
Luego, el siguiente paso será, por supuesto, materializarlo, y entrar al “club” de los viajeros solitarios por el mundo. Para ello, tendrás que ahorrar y reunir el dinero suficiente para concretar tus planes.
Finalmente, el paso con el que no habrá vuelta atrás será la compra del pasaje. Eso desencadenará todo lo demás: la organización de tu viaje con fechas tangibles, alojamiento, posibles tours – si es que contratas, o si decides ir con agencias para gente que viaja sola-, transporte y actividades concretas en mente. ¡Ya será un hecho!
Cuando llegue el momento, descubrirás por qué es bueno viajar solo o sola, pero también sus inconvenientes, porque es cierto que los hay.
En todo caso, no tienes que esperar a ese momento para saberlo porque desde ya te adelanto varias lecciones aprendidas en más de dos años de viaje, sola y sin billete de vuelta, por varios continentes.
El después: las lecciones aprendidas
Viajar solo, vivir al máximo (beneficios)
1. Viajar solo, o viajar como chica sola, te permite conocerte en profundidad
Ya sé, sueno a libro de autoayuda, tipo Paulo Coelho o similares (je, je), pero es totalmente cierto: cuando vas sin compañeros de viaje, haces lo que tú quieres, lo que te gusta. A veces, en medio de la rutina, no nos detenemos a pensar en nosotros mismos, así que este es el momento de descubrir lo que más te apasiona.
2. Ves todo lo que puedes hacer por ti misma
Cuando vas sola, no tienes que “sacrificarte” por nadie. Tu tiempo y tu dinero es tuyo y de nadie más. Tú decides qué quieres hacer y cuando lo logras, te das cuenta que, realmente, depende de ti lograr todo lo que te propongas. En resumidas cuentas: eres consciente de que tú tienes el poder.
3. Conoces más gente que viajando en grupo o en pareja
Cuando ya tienes un grupo de amigos pre-establecido, es más complicado abrirse a conocer a otros viajeros. Igual pasa cuando tienes pareja, aunque no digo que no puedas hacer buenos amigos cuando vas así.
En todo caso, nunca conocerás a tanta gente como cuando vas viajando sola. Usualmente, cuando viajas por tu cuenta, te quedas en hostales, donde es muy fácil socializar. Conoces allí a personas que tienen tus mismos objetivos, hacen tours o treks juntos… ¡en fin!
Desventajas de viajar sola
Hay contras, lógicamente:
1. Los precios pueden ser más elevados
Los tours suelen salir más costosos cuando vas en solitario. Sobre todo, si no consigues a alguien que quiera hacer lo mismo que tú en el hostal, por ejemplo.
Ahora, si quieres quedarte en habitación privada, ni hablemos: obviamente te saldrá más costoso que si viajas en pareja. En temas de precios, por supuesto, hay sitios para viajar solo que serán más amigables. Por ponerte un ejemplo, Tailandia es de los mejores destinos para viajar solo, frente a Myanmar, donde la infraestructura hotelera no está tan desarrollada.
En el segundo, los hostales no son tan comunes, así que deberás pagar habitación privada, sobre todo en las zonas menos turísticas. Eso, aunque no lo quieras, eleva el presupuesto.
A propósito, tal vez te interese leer ‘Dónde dormir en Tailandia’, y ‘Dónde dormir en Myanmar'»
2. Si te enfermas, “la llevas”
Únicamente en momentos como este me he sentido realmente sola. Claro, si estás débil, te puede dar “mamitis”, jé. Es decir, nostalgia de tener a alguien al lado que esté pendiente de ti, y que te cuide hasta que te recuperes.
Cuando buscas viajes para hacer solo o vas sola como mujer, serás el o la única responsable de lo que te pase. Es decir, hay que tener fuerza en esos momentos, que pueden llegar aunque no te lo esperes.
Fue lo que sentí cuando tuve un accidente de moto viajando por Camboya, o cuando tuve que pelear contra unos mafiosos estafadores en Vietnam. Igual, y al mismo tiempo, aprendí tanto de estas experiencias, que las recuerdo ahora con cariño.
3. Las preguntas fastidiosas y la imagen de “mujer fácil”
Esto, por supuesto, no afecta a los fans de las escapadas para ir solo, como hombre. El machismo es real, y está en todo el mundo, lastimosamente. Así que si eres mujer, tendrás que soportar, una y otra, y otra vez las siguientes preguntas:
¿Por qué no viniste con tu esposo o familia? ¿Por qué viajas sola? ¿Por qué no estás casada? ¿Por qué no vino tu novio a acompañarte? ¿Esto es normal en tu país?»
Por otro lado, la creencia, por parte de otros viajeros y también de locales de que, como vas sola, entonces estás buscando algo.
Es decir, automáticamente dan por hecho que estás interesada en ellos, simplemente por el hecho de estar sola. No conocen el significado de la palabra “consentimiento”, así que a veces hay que sacar el carácter y poner las cosas en su lugar.
En todo caso, y pese a estos ejemplos, los beneficios de viajar sola siempre tienen mayor peso en esta balanza.
Destinos donde viajar sola
Como te decía, ha sido bastante tiempo de aprendizaje viajando sola por el mundo, que he intentado condensar en este blog, mi canal de Youtube y otras redes sociales como Instagram y Facebook.
Por eso, te pongo aquí los consejos para viajar, separados por países.
Viajar barato o viajar con poco dinero
Cuando me fui de mochilera por el sudeste asiático, lo hice también con unos pocos ahorros en pesos colombianos. ¿Sabes lo que eso significa? Una de las monedas más devaluadas de América Latina. Como iba sin saber cuándo volvería, debía encontrar la forma más barata de viajar.
Amigo lector: si te quejas porque no eres “millonario para viajar”, o crees que a los viajeros frecuentes nos cae todo del cielo, ten en cuenta que hacemos un esfuerzo INMENSO para lograrlo.
Y algunos lo tenemos mucho más difícil que otros. Por ejemplo, cuando no tenemos un pasaporte VIP – o por lo menos, sin los estereotipos del mío- y ganamos en moneda débil.
A lo que voy es que, aunque suene cliché, ¡sí se puede viajar de forma económica! Y en este blog te doy trucos para economizar en medios de transporte, alojamiento y comida. También te doy recomendaciones para ahorrar para viajar, y que no vuelvas nunca más a decir “quiero viajar pero no tengo dinero”.
Como di a entender un poco más arriba, en el apartado de viajar sola: “El que quiere, puede”. Y así, buscas la manera de lograr el objetivo. En este caso, de viajar sin gastar dinero.
¿Cómo viajar barato?
Hay varias formas y las resumiré acá a grandes rasgos, porque después te dejaré los links con consejos para viajar low cost en destinos determinados.
Escoger destinos bonitos y baratos para viajar
Parece obvio, pero en realidad no lo es tanto. Si quieres hacer viajes baratos y diferentes, sean de vacaciones, dentro de un año sabático o como nómada digital, escoge entonces los viajes a países baratos.
Es decir, si no cuentas con muchos ahorros y quieres estirarlos al máximo, ¡no te vayas a viajar por sitios con moneda fuerte! Evita Europa occidental o Estados Unidos, porque allí, como sabes, gastarás una buena cantidad en poco tiempo.
En cambio, puedes priorizar lugares para viajar con poco dinero, como por ejemplo los más populares del sudeste asiático, como Tailandia o Vietnam. O, sin ir tan lejos – si estás en Europa-: Turquía.
De verdad que hay infinidad de sitios baratos donde viajar pero a veces escogemos los mismos que nuestros amigos, o los que demuestran más “caché” en una sociedad consumista.
El mundo es grande, y actualmente, hay infinidad de opciones para viajar. No todos tenemos que aparentar estar felices en una foto hiper-común como la torre Eiffel, mientras nos llenamos de deudas con la tarjeta crédito.
Transporte low cost
Dependiendo del país, a veces sale más barato transportarte por tierra -y tal vez mejor en bus que en tren- que hacerlo en avión. Pero incluso encontrar vuelos baratos es posible, siempre que seas flexible con las fechas.
En Europa, por ejemplo, hay un montón de aerolíneas de bajo costo con las que puedes volar muy barato, aunque debes viajar solo con equipaje de mano para que realmente te salga a cuenta. Si no, los excedentes (facturación de maleta, escogencia de silla, etc.) harán que el precio suba.
Alternando entre avión low cost, carro compartido (o coche compartido, como dirían en España), y otras maneras, se puede ahorrar mucho en transporte.
Para conseguir esas ofertas de viajes baratos, lo mejor es suscribirte a la Newsletter de estas aerolíneas para enterarte, desde tu correo electrónico, del preciso instante en que manden las promociones. Lo anterior porque, como imaginarás, hay miles de personas que también están súper atentas para comprar billetes baratos, así que los mejores precios se suelen agotar muy rápido.
También he usado la estrategia de viajar con millas. Esto me permitió volar de Estambul a Barcelona con Turkish Airlines, una aerolínea que NO ES LOW COST, por sólo 44 USD (o sea, pagué únicamente los impuestos).
Viajando con millas o programas de fidelización de las aerolíneas, también pude viajar en Business Class de Turkish Airlines en 2020, pagando el precio de un vuelo en clase turista (+ millas de la compañía que más uso en Colombia, que es Avianca).
Ya sé que todo esto te suena a chino, pero lo explico mejor en esta guía donde cuento qué son las millas, cómo se acumulan, cómo se redimen y cómo usar las que acumulaste con una compañía en otra del mismo grupo, sin problemas:
En conclusión, hay muchas estrategias para viajar barato que debes tener en cuenta. Si no conoces tips de todo un poco, específicos para distintos destinos, puedes gastar mucho más de lo esperado (incluso en los que son considerados los destinos más baratos del mundo).
En mi caso, he aplicado además otros métodos para ahorrar, tal vez un poco más extremos, como el autostop.
Aunque, a decir verdad, lo he hecho más por su filosofía que otra cosa: por las ansias de aventura, de conocer a la gente en su entorno natural, de evaluar su hospitalidad… ¡Es todo un tema!
Pero no te preocupes que no ahondaré mucho en ello, porque sé que es un “tin” más arriesgado, y no aplica para todo el mundo. Sobre todo si estás buscando ideas para unas vacaciones baratas, y no largos viajes baratos, como puede ser tomarse un año sabático o irse a mochilear sin afanes.
Otro de los consejos para viajar barato es movilizarse dentro de las ciudades con transporte público. Algunos se mueven en taxi local o en tuk-tuk, como en Asia, y luego se están quejando de que el dinero no alcanza.
Estas opciones privadas son, usualmente, más costosas que usando el transporte masivo.
Buscar planes gratis o muy baratos
Desde París hasta Nueva York o, incluso, Singapur, la ciudad más cara del mundo: todas las ciudades tienen algo que hacer gratis o casi gratis, sin importar el costo de vida.
Claro que no son las opciones turísticas más publicitadas, así que tendrás que hacer una pequeña búsqueda antes de viajar, pero no significa que sea imposible, y menos con todas las opciones que existen ahora para informarse de manera alternativa (llámese PAPÁ GOOGLE u, hoy en día, ChatGPT, jejeje).
Es decir, si no tienes mucho dinero para viajar, tendrás que organizarte un poco más con el presupuesto.
Pero de que se puede, ¡se puede!
Por ejemplo, puedes echarle un ojo a este SÚPER TIP para entrar gratis a la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona (cuya entrada más barata cuesta 20 euros), o los planes sin gastar que te propongo en Singapur.
¿Dónde alojarse barato?
También hay estrategias para ello (ya te habrás dado cuenta que, definitivamente, todo lo que quieras hacer se puede hacer, desde que haya voluntad) y te las resumiré aquí:
– Quedarse en hostales, y preferir compartir habitación con más gente, que las habitaciones privadas, que son más costosas.
– Si vas con amigos o en pareja, puedes rentar habitaciones privadas y no sólo buscar en las típicas aplicaciones para buscar alojamiento, sino también en Airbnb, por ejemplo.
– Si, definitivamente, quieres viajar sin gastar dinero en hospedaje, también puedes usar la red Couchsurfing, donde anfitriones ofrecen un sofá de su casa para que lleguen viajeros de todas partes.
Eso sí, no es un “hotel gratis” (y en todo caso, a raíz de la pandemia, la app empezó a cobrar una membresía básica de casi 20 USD / año).
El caso es que hay toda una filosofía detrás, que implica compartir tiempo con la persona, explicarle tu cultura, entre otras cosas. Aparte de que la privacidad es nula y no deberías quedarte por mucho tiempo, por respeto a la casa ajena.
En este vídeo te cuento lo bueno y lo malo de usar Couchsurfing al viajar, para que te hagas una idea:
– Otra manera de ahorrar es haciendo voluntariados, como expliqué más arriba.
Podría ser como viajar gratis a cambio de trabajo, aunque esa definición no estaría del todo ajustada a la realidad: debes pagar el transporte para llegar al sitio, e igualmente no te pagarán en efectivo.
Se trata de un intercambio de unas horas de “colaboración” por hospedaje y, en ocasiones, comida (todo depende de lo que acuerdes con quien hizo la oferta).
Para que te hagas una idea, así funciona una de las plataformas que he usado para buscar ofertas de voluntariado:
¿Dónde comer barato?
Usualmente, la comida local siempre será más barata que si te pones a buscar la comida de tu país cuando estás viajando fuera. Parece lógico, pero he visto a muchos que viajan para seguir buscando los mismos platos de siempre.
Independientemente de cómo viajes – realmente no soy nadie para juzgar-, si lo que quieres es comer bien y barato, tendrás que desprenderte de esas costumbres. Los restaurantes internacionales suelen ser más costosos porque implica importar cosas que no tienen donde vas. Es decir, no es lo más conveniente para el bolsillo.
¿Y cómo enterarse de los sitios baratos para comer? Primero, haciendo una búsqueda previa en blogs, o en Tripadvisor (atentos porque sus reviews no son totalmente confiables). Pero… ¡Atención! No todo está en Internet.
La clave está entonces en hacer amigos locales. Ellos te llevarán adonde van. Usualmente, a restaurantes con menú rico y barato donde, además, no te cobrarán de más por verte la cara de turista.
Esto me pasaba en Vietnam donde -independientemente de mi mala experiencia con las estafas- comí como los dioses del Olimpo (seeee, la gastronomía vietnamita es una cosa de locos, y son ellos mismos los que saben dónde comer bien y barato).
¡En fin! En este blog te explico cómo hacer viajes baratos, a partir de todo lo que he aprendido en estos buenos y largos meses. Quiero que tengas presente, en todo caso, que no recomiendo cosas que no haya probado.
“Viaja más por menos”, sería el lema de esta sección. Y ya depende de ti tomar lo que te sirva, ya sea para hacer viajes de 15 días baratos, con familia, pareja, o simplemente, para armar tus propios paquetes de viajes mochileros.
Destinos (guías de viaje)
¡Lo infaltable en un blog de viajes! Porque Vieja que viaja no es únicamente un sitio web de viajes para hacer solo o viajes para mujeres solas.
Tampoco uno de viajar sin gastar mucho, exclusivamente. A veces también nos gusta ir con amigos, o en plan súper romántico, sin estar pensando en viajar con presupuesto limitado.
Personalmente, soy súper fan de dejar que las cosas fluyan, y esto depende de cómo te sientas en determinado momento de tu vida.
Entonces, las guías por cada destino visitado son aptas para todos los públicos, por decirlo así (de nuevo, ¡no te sientas excluido o excluida por algunas secciones de este blog! La tolerancia y el respeto a las opiniones ajenas son algunos de mis principios).
En las guías de viaje verás entonces cosas básicas como moneda local, idioma, qué ver o qué hacer en ciudades específicas, entre otra información útil para la organización de un viaje.
Vivir en el extranjero
Aunque arriba te expliqué cómo me lancé a mi primer viaje sin billete de vuelta – que, por cierto, aún no termina-, la verdad es que siempre he tenido cierta experiencia viajera porque desde muy niña me acostumbraron a cambiar de residencia.
Todo se justificaba en los estudios porque para nadie es un secreto que, en muchos países de Sudamérica, la educación es supremamente costosa y está privatizada. Así que, si lo crees, déjame decirte que vivir en el extranjero no es sinónimo de riqueza. Antes al contrario: quienes van al extranjero, lo hacen mayoritariamente en busca de mejores oportunidades, de encontrar lo que no obtienes en tu propio país.
Empezar una nueva vida, y en un lugar donde te sientes ajeno no es fácil, por lo que en el blog también te cuento las ventajas y desventajas de vivir en el extranjero. Siempre, por supuesto, desde una visión absolutamente subjetiva.
Sigamos. Entonces, a los dos años de edad, me fui a vivir a España, porque mi papá iba a estudiar allí un doctorado, para ascender en su carrera. En ese contexto, pasé cinco años yendo a un colegio español. Después, regresamos.
Luego de un buen tiempo en mi país, la decisión fue, nuevamente, irse a vivir fuera. En esa ocasión, porque era el turno de mi mamá para estudiar y trabajar en el extranjero… aunque lo de “trabajar” es un decir, porque tenía una beca y ella debía justificar que estaba cumpliendo con los objetivos.
¡Por cierto! Aplicar a becas es, también, una buena forma de obtener ayudas para viajar al extranjero».
El mejor sitio para vivir en ese momento fue Girona, Cataluña, porque a mi mamá la aceptaron en esta universidad y, por esta razón, terminé haciendo la secundaria en catalán.
Cuatro años después, era hora de volver a Colombia. Fui a la universidad allí y, en 2008, decidí vivir en otro país, aunque esta vez, sin familia. Era mi primera vez sola en el extranjero.
Experiencia Work and Travel en Estados Unidos
En 2008, decidí pasar tres meses en Estados Unidos, con un programa de Work and Travel, porque ya conocía a varios estudiantes de mi universidad en Colombia que lo habían cumplido exitosamente.
Este programa consistía en buscar países donde trabajar temporalmente (los tres meses de las vacaciones de mitad de año de la universidad) para vivir un tiempo allí, practicar idiomas, y conocer un poco más de la cultura. Es decir, tener un trabajo de verano con todas las de la ley: una oferta concreta antes de viajar, permiso de trabajo por ese período de tiempo, asistencia médica, entre otros.
El país escogido era Estados Unidos: El “sueño americano”. Pero tenía muchas preguntas: ¿Cómo irse al extranjero a trabajar? O sea, ¿ganando dinero? ¿Era rentable? ¿Qué visa debía tramitar? Todo me parecía muy complejo, así que escogí una agencia que se encargaba de hacer todos los trámites.
En conclusión: muy rentable no fue porque lo que ganaba en mi “trabajo” en Hersheypark, Pensilvania (costa este de Estados Unidos) era para cubrir la deuda que había adquirido con la agencia que me había vendido eso como el “lugar perfecto para vivir”.
Pero como no todo es dinero en esta vida, me sentí muy orgullosa de aquella primera experiencia fuera de mi país, valiéndome por mi misma. Aprendí a cocinar (a los 20 años solo sabía hacer huevos fritos😵), porque allí, con tanta basura, era casi obligatorio hacerte tu propia comida.
Viajaba sola de una ciudad a otra, compartí apartamento por primera vez… Me comunicaba todo el tiempo en otro idioma y descubrí que era capaz… ¡Me sentía como toda una guerrera! Claro, no imaginaba que una década después estaría cruzando toda Siberia sola y con una mochila al hombro.
Seeeee, cada vez me convenzo más de que todo sucede por una razón».
Pero bueno, no te aburriré con cuestiones filosóficas. Sólo decirte que allí germinó la semilla de decir: “Me voy al mundo”.
Estudiar en Francia
Luego de esos meses fuera, regresé a mi país, a terminar la carrera como periodista y trabajar. Dos años y medio duró mi primera experiencia en televisión en Bogotá, porque sentí que ya no podía crecer más en el trabajo que tenía. Así que nuevamente pensé: “¿Dónde me puedo ir a vivir? ¿Qué puedo hacer?”.
Había empezado a estudiar francés por libre, simplemente porque después de mi corta estancia en Estados Unidos, confirmé que ya dominaba el inglés (y entonces quería pasar a otra cosa). Como me encantaba aprender idiomas, decidí que hablaría francés. También por otros motivos que te explico en este post.
No sabía si quería emigrar a otro país para empezar una nueva vida, o simplemente estar un año fuera de mi país. En todo caso, y luego de hacer las respectivas averiguaciones, descubrí que la educación en Francia era muy barata, que valía la pena y que, además, podría hacer un Máster con el nivel que ya tenía del idioma.
Averigüé cómo viajar al extranjero siendo estudiante (esta vez, haciendo todos los trámites por mi cuenta) y así terminé viviendo en Francia un año y medio. Estudié un máster en la Universidad de Toulouse (sur) y luego, hice una práctica de seis meses en Estrasburgo (frontera con Alemania).
Aunque me quería quedar, porque estaba agradecida con Francia, y aprendí a amarla como si fuera mi segunda casa, siempre quedó el dilema de poder trabajar legalmente.
Te lo voy a confesar: pese a haber pasado tanto tiempo de mi vida en Europa, nunca he podido conseguir un trabajo que se la juegue por hacerme el permiso para eso.
Los países del Viejo Continente no son los más fáciles del planeta para residir legalmente, y hacer parte de la fuerza laboral.
Hay muchas restricciones y los no europeos no son bienvenidos, a menos que seas ingeniero o médico. ¿Quién va a querer a una periodista, y encima, que no sea nativa en la lengua? Así que sí: para tener recursos para vivir, tuve que regresar.
Colombia de nuevo, una carrera ascendente, tres años más de experiencia, hasta que… BLUFF!!! Revolcón total, dilemas de qué hacer con mi vida, si era realmente feliz, y el -ya recurrente- “quiero dejar todo e irme lejos”…
Trabajar en Vietnam como profesora de inglés
Devolvámonos al comienzo de este pergamino (ajá, ¡aún no puedo creer que hayas llegado hasta aquí!😜): en ese viaje por el sudeste asiático y sin tiquete de regreso, mis ahorros iniciales duraron únicamente 6 meses.
No me quería devolver, así que encontré trabajo en Vietnam muy rápidamente, como profesora de inglés.
Duré 8 meses que fueron como una montaña rusa (sube, sube, sube sube… ¡PERO BAJA, BAJA, BAJA, Y EN PICADA!), aunque que me dejaron enseñanzas valiosas.
En mi mente, Vietnam estaba en el «club» de países con oportunidades de trabajo importantes, pero el choque cultural me había pegado con fuerza y, además, estaba muy pero muy lejos de casa.
A veces pensaba que si necesitaba regresar a Colombia por cualquier imprevisto, la reacción sería limitada, porque estaba, literalmente, en el lado opuesto del mundo.
No era el mejor lugar para vivir, teniendo en cuenta que ya estaba predispuesta por todo lo que me había pasado desde que pisé su territorio, y por su ubicación geográfica. Pero fue bueno para ganar dinero. Así que de ahí, hice la ruta que te comenté al comienzo.
Lee aquí toda mi tragedia, desde antes de la estocada final contra los vietnamitas: La Depresión Vietnamita 1; Depresión vietnamita 2; Depresión vietnamita 3; y finalmente (pero no fue el fin de eso, como vería después), Depresión Vietnamita 4″
Entonces, en este apartado, te cuento consejos para irse a vivir al extranjero y, concretamente, para enseñar inglés en Vietnam. Sobra decir que todo está basado en mi experiencia como mujer sola. Otros que han ido allí como hombres solos o como mujer con pareja, tienen diferentes puntos de vista.
Pero al fin y al cabo, como dicen por ahí , “la belleza está en los ojos de quien la mire”.
Vivir en España
Finalmente, y después de haber regresado a Colombia a trabajar otra vez en mi carrera, y haber ahorrado para irme de nuevo, estoy en España estudiando de nuevo. Enfocada, en realidad, en mi proyecto de ser nómada digital. O sea, ser totalmente independiente y vivir de trabajar online.
Así que en este apartado encontrarás razones para vivir en España, y algunas guías en temas de documentación para estar legalmente en el país. Visas, permisos de residencia, entre otros.
Como ya te he explicado, he pasado en España una buena parte de mi vida, y creo que por eso mismo, no tengo tantos posts de este país en el blog.
Imagino que es porque cuando estás en «tu casa” no ves cosas tan extraordinarias como para contarlas, pero igual me pasa con Bucaramanga, mi ciudad natal en Colombia.
En todo caso, cualquier duda que tengas la puedes hacer en los comentarios de cada post y, con mucho gusto, intentaré contestarla con brevedad.
No siendo más, te dejo con el contenido. Viajar es lo mejor de la vida… ¡Buen viaje!
“Si huele a caña, tabaco y brea, usted está en Cali, ¡ay, mire, vea!”: Si lo dijiste cantando, la ciudad te fascinará, porque además de todas las actividades por hacer en Cali, es pura música y alegría. ¡Prepárate para los sitios que te presentaré en este post, con sus respectivas canciones! Y antes de mostrarte qué hacer en Cali en una semana, te [...]
Leer másSi piensas acampar en el Parque Tayrona, en Colombia, seguro estás confundido: ¡Hay tantos sitios! Pero no te preocupes: aquí te explico los pros y contras de los hospedajes más populares: Cabo San Juan, en la playa del mismo nombre, y Camping Don Pedro, en el sector de Arrecifes. ¿Y por qué solo hablo de estos dos? Pues básicamente porque te daré [...]
Leer másCosteño Beach es uno de los «party hostel» más populares de Colombia (si no el más), y por ello, los precios son elevados respecto a otros alojamientos compartidos. Además, debes reservar con antelación. ¿Vale la pena? Aquí te cuento mi opinión sincera. Pero antes de empezar, en serio: ¿Por qué es tan popular Costeño Beach? No sé si sean sus [...]
Leer másSi tu sueño es viajar sin parar (no solo de vacaciones), o ser nómada digital y conocer el mundo, debes saber que a los oficiales migratorios NO LES GUSTAN los vuelos solo ida. Usa mejor estas estrategias. Porque no, pase lo que pase, no debes intentar pasar ninguna frontera sin presentar el tiquete de regreso. Sin embargo, eso no significa que [...]
Leer másSanta Marta, una ciudad caribeña del norte de Colombia, con playas cercanas hermosas, limpias, y no tan costosa todavía como Cartagena, ofrece actividades de corta duración si no cuentas con mucho tiempo. En este post te explico qué hacer en 48 horas en Santa Marta. Así que empecemos por el principio: cómo llegar a Santa Marta, y luego planes que [...]
Leer más