No soy la única que en la crisis de los 30 está dando vueltas por Asia, no. “¿Por qué estás aquí?”, pregunto siempre a quienes me rodean en los hostales y la respuesta suele ser: porque quería cambiar. ¿De qué? ¿De trabajo? ¿De pareja? ¿De vida? ¿O de qué exactamente?
Pues he encontrado que es… de todo un poco. Un popurrí de razones que me alivian –porque no soy la única que buscaba una salida-, pero a la vez me abre un montón de interrogantes. Es chistoso porque cuando me fui de Colombia, varios se despidieron de mí diciendo “espero que encuentres lo que estás buscando”.
Y claro, de tanta repetición, el “lo que estás buscando” me quedó sonando. ¿Qué estoy buscando en realidad? ¿Para viajar sola, y a un continente totalmente desconocido hay que “estar buscando algo”? Preguntas filosóficas que tal vez no vienen al caso.
Una de mis roommates en Singapur, europea, iba a buscar trabajo porque quería “vivir algo diferente”. 33. Otra iba solo de vacaciones, pero con las mismas ganas de bajarse en otro mundo. También 33.
En Camboya, conocí a una pareja de franceses que dejaron sus trabajos para viajar, aunque no solo por Asia. Tenían el mundo entero como meta. ¿Por qué? “Todo se había vuelto rutinario. Queríamos cambiar”. 28 años.
En fin, sin más distracciones: ¿Venimos a Asia porque se acerca o estamos en plena “crisis de los 30”? (¿Estoy en Asia porque “busco respuestas”?)
La estrechez laboral y la crisis de los 30
La verdad es… que no sé nada. Yo solo quería dejarlo todo e irme lejos porque no era feliz (ya sé, el cliché, la búsqueda de la felicidad… ¡pero así es!). Mi idea era únicamente salir de ese atolladero en el que estaba metida en Colombia, donde saltaba de trabajo en trabajo porque:
Mi sueldo no se correspondía con mis estudios
Sentía que había estudiado mucho como para que me pretendieran pagar lo mismo que sin haber hecho nada. Siempre me chocó la cultura del “palancazo”, “enchufe” o como se le llame, en que no te ofrecen lo justo por tus capacidades sino por cómo te desenvuelvas echándole flores al jefe de turno, o porque eres “amiguis” de fulano o sutano. ¡Ah! O que te paguen de acuerdo con tu nacionalidad y no con tus habilidades. ¿Colombiana? ¿Y encima, mujer? “OK, paguémosle tres pesos”.
Simplemente daba lo mejor de mí y pretendía que mi trabajo hablara por sí solo (¡ingenua!) pero por como se dibujaba el panorama, eso nunca sería suficiente. Aguantarse diez años en el mismo trabajo, con el mismo sueldo, y haciendo lo mismo, como pintaba la cosa… hmmmm no.
Tuve malos jefes
No todos por supuesto. Pero algunos, que en vez de alegrarse por mis logros o darle vuelo a mis propuestas, me veían como una amenaza (por supuesto, también tuve buenos jefes pero si hubiera podido seguir con ellos, no me habría querido ir tan desesperadamente).
Jefes a quienes no respetaba. Jefes que tenían mañas o malas prácticas, malos tratos, que su trabajo era bastante cuestionable… y que por supuesto yo no compartía ni me podía quedar callada.
Como nunca pude hacer como el cuento de “El Traje Nuevo del Emperador”, este tipo de “profesionales” terminaban odiándome. Sobra decir quiénes son porque siempre supieron de mi inconformismo.
En medio de la depresión y la crisis de los 30, alcancé a plantearme si para ascender en Colombia hay que dejar de lado la moral y la ética (y como yo no juego al “todo vale”, lo mejor era irme).
O ser hombre. O evitar las jefas mujeres que se esfuerzan por hundir a las compañeras de género. O calentar puesto y no proponer absolutamente nada para no despertar envidias innecesarias. Pero bueno, de no ser por todo esto, no estaría cumpliendo este sueño asiático. Así que… ¡¡¡muchas gracias!!!
La soledad de una gran ciudad
La vida pasajera de Bogotá, donde es complicado establecer amistades serias, relaciones estables, y donde cada cual lucha por mantenerse a flote como pueda (normal, con 8 millones de habitantes, no creo que haya nadie pensando en la otra persona).
Una vez me dijo un desconocido en una playa en La Guajira (norte de Colombia), antes de venir a Asia, que según mi signo zodiacal, me encantaba el agua – y por eso amaba playas, piscinas, lagos, y todos sus relacionados–, que odiaba estar encerrada, pero que era muy fiel, tanto a lo que creía, como a las personas… y eso podía ser un harakiri.
Lo escuché por pura decencia, porque eso siempre me ha parecido una grandísima estupidez, aunque me terminó sorprendiendo la descripción. Asentí con este “gurú” wayuu de 20 años.
Pero dejo de divagar: ¿Qué nos hace venir a Asia en la crisis de los 30?
Tal vez sí es una búsqueda de respuestas. Un “retiro espiritual”, un tiempo sabático, de reflexión, de meditación.
Igualmente recuerdo la conversación con un amigo, antes de partir sin tiquete de regreso a Asia. Antes de la crisis de los 30. Era sobre las conclusiones a las que habíamos llegado después de cinco años o más de experiencia trabajando (y regalándonos).
Quisiéramos pensar en grande, soñar que hay cosas que pueden cambiar, y no encasillarnos en esa estrechez laboral según la cual, un buen trabajador es bueno porque pasa 12 horas calentando puesto –sin que sean consideradas “horas extra”– y no por la calidad de su trabajo.
La realidad nos ha interpuesto obstáculos a tantas expectativas y en esa crisis de los 30 se nos revuelve todo…
En países vanguardistas, quedarse más tiempo del horario establecido no es sinónimo de compromiso, como aún piensan muchos jefes en Colombia. En esos países, cuya economía vuela, este gesto es sinónimo de ineficiencia.
¿Casi 30 años? ¿Soltera?
Aparte está el tema personal, claro. ¿29 años? ¿Soltera? ¿Sin hijos? “Muy linda pero seguro jode mucho, por eso está sola”. Lo he escuchado a más de uno, por lo que ya lo asocio a una cuestión cultural.
No, las mujeres tenemos derecho a estar solas porque nos place, porque mejor que estar mal acompañadas, perdiendo tiempo y dinero en historias sin sentido, preferimos dedicarnos a nosotras mismas.
Tal vez cambiemos de opinión cuando encontremos a alguien por quien valga la pena jugárselo todo. Pero mientras tanto, sin afanes. ¿Tan difícil es de entender?
Pues sí que es complicado… O si no, que lo digan mis compañeras viajeras en solitario, de cuántas veces les han preguntado si no les da miedo viajar solas, si no se aburren, si no necesitan tener a un hombre al lado para que la vida tenga sentido.
Aun cuando las generaciones han cambiado, es difícil hacer entender a las personas que, en este siglo, preferimos no dejar que decidan por nosotras, ni que nos afanen a tomar decisiones a las carreras. Preferimos tomar las riendas de nuestra vida y evaluar con calma lo que mejor nos convenga.
¡¡¡En fin!!! Sí… En la crisis de los 30, hay muchas cosas en qué pensar. Y en ello no solo ayudan los templos y el «pensamiento zen», sino también ver los toros desde la barrera. Una barrera muy lejana.
Este post me motiva cada vez más a seguir con mis planes de viaje! Gracias
Gracias a ti por leerme 😉
Excelente artículo !!! A mis 25 años ya quiero salir de mi zona de confort y seguir explorando el mundo…Pero varios interrogantes aparecen el primero de todos es como voy a hacer para conseguir dinero mientras trabajo?…. Traslado esa duda a ti.
Por lo demás considero muy apropiado tomar las decisiones a tiempo. La edad no tiene que ser ningún impedimento para viajar y lo otro el tema cultural con tu edad y no tener pareja si me parece estúpido en Colombia la cultura nos tiene jodidos, tenemos que estar más abiertos a otros mundos. Cuando viajas todo cambia a tu lado y eso es lo que nos ha estado pasando a nosotros los viajeros colombianos jóvenes. Un saludo y sigue ese interesante descubrimiento personal eso si no te olvides que primero es viajar, segundo comer y tercero no dejar de sorprenderse. Feliz fin de semana.
Esooooo!!! Pues yo también estoy pensando en cómo hacer dinero mientras viajo porque por ahora viajo barato con ahorros. Ya te contaré los avances 😉
Estoy pendiente de tus avances en Asia y de la manera como me explicarás el tema. Saludos
He tomado la misma decisión y en julio me lanzo a vivir Asia sin billete de vuelta. Me ha encantado como lo describes. Yo también estoy en esa época treintañera y tampoco voy buscando respuestas. Ya llegarán solas. 🙂
Me sorprende ver que somos tantos!!! Muchas gracias por leerme, bienvenido por acá! 😀
Hola! Creo que también ando en esa «crisis de los 30» y ya tengo 32 jeje. Mi fin de contrato de acerca pero yo comenzare por Vietnam en un par de meses. Depronto nos crucemos. Gracias por el artículo y hacer ver que somos muchos los que compartimos ese sentimiento de quiero cambiar pero a que? … pues ya veremos.
Sigue disfrutando.
Esooo, también estaré por Vietnam en un par de meses. Saludos!
Viajamos porque nos gustan los cambios, el relacionarlos con otra cultura ¿Acaso hay algo mejor? Creo que los clichés de los 30 con todo lo que les acompaña (que si ya deberías pensar en casarte, tener hijos, etc) se les está llendo de las manos a esta sociedad parada y automatizada, inmersa en sus rutinas, pero parece que eso es «lo avanzado»… cuando lo bonito y auténtico es salir de la oficina y disfrutar de esos sitios chulos que nos muestras en tu artículo. Gracias!
Total!!! Gracias a ti 😉
Excelente relato. dale gracias a tus ex jefes porque son uno de los motivadores de esta maravillosa experiencia. Esa crisis se puede trasladar a los 40, aunque los de este piso somos más «Miedosos». Te acompañamos virtualmente. Buen viento y buena mar!
Jijiji… gracias!
Que buena reflexión, y confirmo lo que pienso de un tiempo para acá, tristemente parece que las jefas mujeres son incluso más duras con las otras mujeres a su cargo …. Y no creo que sea la mal llamada crisis de los 30 , es simplemente el deseo de no estar estancado , hasta el agua estancada se pudre , y porque conformarse pudiendo ser realmente feliz .
Sip… aunque valga la aclaración: también hay jefas mujeres que son un amor!! Pero las personas inseguras son las que tienden a ocultar sus falencias aplastando a las demás porque sí. Saludos!
Hola….te cuento que voy a cumplir 60….pero me siento en la mejor etapa de mi vida…los hijos criados , educados , casados y te empiezas a replantear tu vida…he viajado …pero mi deseo es viajar a Tailandia sola…la pregunta es ¿Estaré muy vieja para hacerlo sola?.. Ya que tu tienes la mitad de edad que yo ..Y te colocas« vieja de 30 ».
Te felicito por tu hermoso viaje
Saludos desde Chile.
Cecilia
Jejejeje qué linda!!!!!! Nunca se está viejo para cumplir sueños 🙂 Por otro lado, te cuento que me pongo «vieja» porque en Colombia, informalmente, esta palabra se le dice a cualquier mujer, sin importar su edad jejeje. Ojalá me cuentes cuando estés en Tailandia!!!! Un abrazo desde Camboya
Yo viajaba también intentando cambiar, intentando mejorar, intentando crecer. Hasta que alguien me preguntó, hace dos años, lo mismo que a ti: «qué buscas en Asia?». Y me di cuenta: no busco nada. Viajo porque me gusta. Sin más. ¿Le preguntamos a alguien un «qué buscas cuando vas a ver futbol?»?. No, simplemente va al fútbol porque le gusta. Como a mi viajar. Crisis de los 30 superada 😉 (me gustó el artículo!)
Exactoooooo!!!! Jajajajaja. Pienso igual, aunque también «estaba buscando» un respiro de tantas preocupaciones. Gracias por leerme!! Ya estoy echándole un ojo a tu blog también porque yo apenas empiezo por Asia. Saludos!
Viejaqueviaja, yo a mis 29 años también decidi hacer un cambio de vida y me voy a vivir a España (y Olé!) con Ariana (la chiquilla que aparece en la foto… y la otra integrante de PateandoCaminos.com) no se si atribuirle a la crisis de los 30 (29 años y aún en casa de papás, que horror… jajajaja) o si simplemente se alinearon los planetas… En fin, te deseo lo mejor de lo mejor, y ojo… aún somos unas bebes!, nada de que preocuparse!
Esooooooo!!!! Los cambios dinamizan la vida. Un abrazo compis!
Desde que compartí contigo, me pareciste un ser espectacular. Te admiro mucho por tomar decisiones que muchos queremos hacerlo y nos da miedo ? sigo tu viaje y esperando tus tips.
Wow muchas gracias por tan lindas palabras!!!! Bienvenida siempre! 😀