Después de pasar tiempo fuera de tu país, y vuelves, te sientes como extranjero en tu propia tierra. El viaje te cambió. No te importa el qué dirán, las cosas, el dinero… pero no sólo cambiaste tú. Tus amigos no son lo que eran antes, están «organizados», con familia.
Pero tu mentalidad no se ajusta a esa forma de vida. Te asusta volverte ser sedentario, tal vez quedarte en un mismo trabajo el resto de tu vida. Hay un «gusanillo» que te llama a salir nuevamente pero quieres hacer crecer tu carrera en lo que estudiaste y eso siempre será más fácil en tu propio país. Pero nada podrá ser como antes de que dejaras todo para irte. Ya no perteneces allí. Ni a los otros lugares que visitaste porque al fin y al cabo, siempre serás extranjero.
No tienes sentido de pertenencia, ¡te sientes en el limbo! Y ahora está en tu sangre… eres viajero.
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[…] porque se acercan los 30 o porque la fatiga de estos años después de haber regresado me pesa enormemente, y me crea preocupaciones innecesarias e injustificables, ese momento llegó. Así que el próximo […]