Después de la explosión de alegría tras comprar pasajes (lo que significa que ya no hay vuelta atrás), llega la resaca por el resto de gestiones que quedan pendientes antes de viajar, entre ellas el hospedaje.
Todo quita tiempo: la búsqueda de alojamiento, transporte, sitios emblemáticos… Unos cuantos minutos perdidos es un tesoro bastante escaso para quienes escogemos irnos el mismo día en que terminamos de trabajar y regresar horas antes de volver a la oficina, para aprovechar al máximo.
Pero para los estresados, para quienes vivimos corriendo a toda hora intentando llegar puntuales (lo que rara vez se logra en Bogotá), existen algunas «ayuditas» que nos simplifican la vida.
Estas son algunas para buscar alojamiento, dependiendo de los gustos (y el presupuesto) de cada viajero:
– Trivago:
Busca hoteles en varios sitios web sólo con poner en la casilla de búsqueda la ciudad adonde vamos y las fechas exactas del viaje. Permite organizar los resultados a partir del número de estrellas que tiene cada uno, su popularidad, los precios, la distancia a la que se encuentran de los lugares turísticos y también de la puntuación que les dan los usuarios en internet.
La página encuentra ofertas en otros buscadores, las presenta de una forma llamativa y redirecciona la página hacia ellas cuando haces click.
– Hostelworld:
Opción para quienes no tienen problema en compartir habitación y baño con desconocidos. Una vez en la página, se puede encontrar cama con escribir al nombre de la ciudad o del hostal del que hemos escuchado hablar, la fecha de entrada y de salida y el número de personas que viaja.
Los comentarios y la puntuación de cada hostal son claves para decidir, pero no te fíes siempre de estas calificaciones porque no todas son sinceras, como me pasó en Camboya. Por ejemplo, hay unos que ofrecen más fiesta mientras que otros se centran en el silencio y la tranquilidad. Es cuestión de pensar bien qué queremos y reservar en la misma página con una tarjeta de crédito.
– Couchsurfing:
Opción mochilera total. Es una red que permite usar el sofá de alguien en otro lugar del mundo, sin pagar por ello. Para eso, la persona «receptora» mirará tu perfil en la red y decidirá si te acepta o no.
Usualmente no es tan cómodo como un hostal y mucho menos como un hotel pero puedes tener un guía en una ciudad que no conoces y hasta conocer lugares que no siempre aparecen en la «Lonely Planet».
En cuanto a seguridad, por el hecho de alojarse con desconocidos, lo mejor es revisar con detenimiento la calificación de los posibles anfitriones en la página y los comentarios.
– Amigos en otros países: Algunos sacamos la excusa de ver a ‘parceros’ con quienes hace rato no hablamos para decidirnos a viajar. Su propia casa puede ser un buen alojamiento, obviamente dependiendo del nivel de confianza. Sin pagar y con un guía incluido… pero eso sí, un regalito o una invitación a comer como agradecimiento nunca está de más…
Voilà ! Sitios que nos echan una mano… ¿Cuáles son los de ustedes?
*Agradecimiento especial a Trivago, por hacer posible este artículo
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