Yo estaba como tú: también tenía miedo de ir a Mardin, Turquía, por su cercanía con Siria. Sin embargo, fui y me fascinó. ¿Qué ver en Mardin? Te lo muestro en el post más completo que encontrarás para tu viaje.
¿Es seguro viajar a Mardin, este de Turquía?
Sin duda, la pregunta clave. La guerra en Siria y los tentáculos del terrorismo que salió de allí no fueron ajenos a los medios de comunicación del mundo. Así que es normal sentir precaución.
Mi historia viajando sola a Mardin
Sin embargo, te contaré mi historia desde lo que pensaba antes, y lo que vi, una vez estando allí.
Desde que empecé a buscar información para mi primer viaje a Turquía, quedé anonadada con Mardin. No sé cómo llegué a sus fotos, pero me parecía una locura que existiera un sitio así.
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Aparte de la belleza de la ciudad antigua, y de su tonalidad ocre, imaginarme en la antigua Mesopotamia me hacía soñar que estaba en el epicentro de las civilizaciones antiguas.
Este lugar era punto de encuentro de todas las religiones: musulmanes, católicos, judíos. Distintas minorías y mayorías se encontraban allí, porque era epicentro comercial para armenios (antes del genocidio, del que hablaré más adelante), kurdos, asirios, árabes…
En fin, pese a la riqueza histórica que prometía, dudaba de ir porque yo estaba viajando sola por ese país maravilloso.
Una vez pasé por Capadocia, llegó el momento de decidir si finalmente visitaría Mardin o no. Eso fue en 2019.
Primer fallido intento
Al final, me abstuve. Mi familia ya estaba asustada porque cuando estaba en Capadocia, el ejército turco incursionaba en el norte de Siria.
Me dijeron que me fuera preparando para salir del país cuanto antes, mientras yo pensaba en mi vuelo en globo por la Capadocia, y mientras madrugaba cada mañana para ver el mismo espectáculo, pero desde tierra.
Sobra decir, por supuesto, que jamás vi nada relacionado con la guerra en Siria desde la que era, tal vez, la región más turística de todo el país.
No quería preocupar a nadie yéndome al este, pero tampoco exageré pensando que todo iba a incendiarse, como pretendían hacerme ver desde fuera.
Sobre todo porque ya había aprendido que era un país inmenso. Sus regiones, muy diversas entre sí, e igualmente, su situación de seguridad.
Así pasa en muchas otras zonas del mundo respecto a los estereotipos que muestran los medios de comunicación occidentales.
Confesión: a la hora de viajar, siempre tengo en cuenta el caso de Colombia, y como lo presentan en todas las noticias y series de Netflix. Así que soy bastante escéptica acerca de los prejuicios que generan las noticias excesivas sobre un único tema.
Conclusión: seguí conociendo, sin acercarme al este. Pero me quedó la espinita.
La segunda fue la vencida
Como decidí volver en 2020, me planteé nuevamente la opción de viajar a Mardin. Aún tenía miedo, pero opté por escuchar a quienes más conocen su propio país: los turcos.
Me aseguraron que Mardin era una ciudad súper segura y muy turística. Claramente, durante el conflicto en Siria, turistas occidentales se abstuvieron de ir. Pero eso no significa que los nacionales lo hubieran hecho.
De hecho, una vez estuve en Mardin, pregunté cómo habían vivido la guerra desde la frontera. Me dijeron que, incluso en los momentos más duros, la violencia no había llegado allí.
Decidí confiar, y compré mi pasaje a esa ciudad increíble.
Primeras impresiones de Mardin
Me sorprendió todo lo que vi apenas aterricé. Empezando, porque pensaba que me iba a tener que cuidar en la vestimenta, y resulta que me sentí relajada. Por lo menos más que en Konya, otra ciudad ultra conservadora
Ahora, ten en cuenta que viajé en otoño – casi invierno. O sea que igual iba con abrigos y mucha ropa. Así que no sabría decir objetivamente cómo cambia el ambiente cuando hace más calor.
No tengo palabras para describir lo increíble que fue este viaje en el que, por cierto, hice Couchsurfing sola, y me quedé en dos casas de locales, que se convirtieron en buenos amigos.
Eso, aun cuando teníamos la barrera del idioma, porque ellos no hablaban mucho inglés y yo de turco solo sé tres palabras (¡Y qué decir de kurdo! Cero pollito).
Me mostraron la ciudad y sus alrededores. Conocí tiendas de jabones artesanales sirios, mezquitas milenarias, iglesias ortodoxas súper especiales… ¡Hasta encontré gente que hablaba arameo, la lengua de Jesucristo!
Realmente me cuesta escoger mi ciudad favorita de Turquía, pero Mardin definitivamente está en el top 3. ¡Tanta historia y belleza no se encuentran todos los días!
No sé si alcance a transmitirte la emoción de haber visitado este lugar, pero espero hacerlo si no, en este vídeo:
¿Cómo llegar a Mardin, Turquía?
Realmente es muy sencillo y barato, por sus opciones en transporte. Empecemos por la que usé, que creo que es la más sencilla si vas desde Estambul.
Vuelo directo a Mardin
Hay un vuelo directo desde Estambul hasta Mardin. Compré el pasaje a través del sitio web de Turkish Airlines, y me costó aproximadamente 30 euros (pero dependiendo de la fecha, vi pasajes hasta por 20).
El avión salía desde el aeropuerto Sabiha Gokçen, uno de los dos internacionales que tiene esa ciudad de 15 millones de habitantes, y la ruta fue operada por AnadoluJet.
No había extranjeros en el vuelo.
Advertencia: SIEMPRE revisa bien el aeropuerto desde donde sales. No sea que te pase como a mi, que casi pierdo este vuelo internacional porque me confundí de terminal aérea (y el tiempo de recorrido entre ambas puede tardarse hasta tres horas):
Buses a Mardin
Si no vuelas directamente desde Estambul, sino que estás en Capadocia, te recomiendo echarle un ojo a las rutas de buses.
Por la cercanía geográfica te puede quedar más fácil que regresar en un vuelo a Estambul, y luego agarrar otro más hacia Mardin.
Viajar en bus allí es súper sencillo, seguro (recuerda, soy una chica que viaja sola, así que probablemente corra más riesgos que tú), y barato.
¿Cómo buscar, reservar, escoger la ruta y los precios de los buses? Te lo conté ya en esta guía completa para viajar en bus por Turquía.
¿Cómo ir del aeropuerto de Mardin a la ciudad?
Se puede en bus o taxi.
En mi caso, llegué aproximadamente a las 5 de la tarde, y apenas salí, vi unos buses de transporte público justo a la entrada del aeropuerto.
El pasaje costaba 10 liras turcas, que al cambio actual, sería un poquito más de 1 euro.
En taxi no podría decirte el precio, pero sí darte la misma advertencia que si lo tomaras en Estambul: debes revisar muy bien la ruta, porque los taxistas turcos usualmente dan mil vueltas para cobrarte el doble.
¿Cómo saber si está tomando la ruta correcta? Pues puedes seguirla con una aplicación de mapas offline, como Maps.Me. En este post te explico cómo usarla.
¿Dónde dormir en Mardin, Turquía?
Mardin es una ciudad de unos 90.000 habitantes y no todo es en piedra color ocre, como ves en esas fotos increíbles.
Por el contrario, está dividida entre la Ciudad Antigua de Mardin (Mardin Old City); y la parte nueva, donde hay edificios que no tienen nada que ver con aquellas increíbles construcciones del siglo XII.
Claramente, por facilidad para transportarse, lo más aconsejable es quedarte en la zona antigua donde abundan los hoteles de piedra (así como en Capadocia, los hoteles – cueva, de los que hablo en este otro artículo).
Si buscas tu hospedaje a través de Airbnb, verás tanto hoteles – piedra en el centro histórico, como casas o apartamentos fuera de la zona antigua.
Si te decides por la segunda opción, debes saber que siempre hay transporte público que entra y sale de la ciudad antigua hacia allá, porque claramente la gente local no se queda en la parte turística. Así que, en cualquier caso, no habrá problema.
Mi experiencia hospedándome en Mardin
Mi caso es un poco diferente porque como dije, a veces uso una app para dormir en el sofá de gente local, llamada Couchsurfing.
¿Por qué lo hago? Usualmente, cuando no conozco a nadie en la ciudad, es una buena manera de hacer buenos amigos y conocer la cultura desde dentro.
¿Es cómodo? Pues no. No tienes tu propio espacio. Ahora, la manera en que enriquece tu viaje va más allá de lo material.
Entonces, las casas de mis anfitriones quedaban en la parte nueva de Mardin, no en la parte antigua. Así aprendí bailes kurdos, escuché su idioma, conocí su comida y hospitalidad.
Ahora sí: ¿Qué ver en Mardin, Turquía?
Hay varios puntos que puedes visitar en un solo día, caminando por la ciudad antigua, y otros lugares fuera de Mardin, por lo que necesitarás transporte.
Importancia histórica de Mardin
Vamos por partes. Primero, un poco de contexto: Mardin está en la zona de la que tanto hemos escuchado hablar en los libros de historia e, incluso, en la Biblia: la Antigua Mesopotamia.
Es decir, está en el territorio comprendido entre los ríos Tigris y Éufrates, como puedes ver en este gráfico.
Además de su belleza y el color amarillo de sus construcciones (por la que se la llama también la “Ciudad del Sol”), es un lugar muy interesante porque allí encuentras culturas muy diferentes: kurda, turca, asiria, árabe…
¡Y qué decir de las religiones! Aunque en Turquía profesan mayoritariamente la religión islámica, fue en Mardin donde descubrí el cristianismo de Oriente.
Me voló la cabeza conocer gente que aún habla la lengua de Jesucristo: el arameo. Puedes escucharlo en el vídeo que compartí anteriormente, con su respectiva traducción (debes activar subtítulos):
Sin más preámbulos, vamos con los puntos concretos que viste en Youtube.
La ciudad antigua de Mardin
Prepárate para visitar mezquitas antiquísimas, de una belleza que no encontrarás en otra zona de Turquía.
También para conocer escuelas islámicas, iglesias y monasterios cristianos (muchos de legado armenio) en piedra, vistas increíbles y comida espectacular. Y si tienes suerte, para escuchar música kurda y bailarla, porque es toda una experiencia.
Mezquita Ulu o Gran Mezquita de Mardin
La Mezquita Ulu es, tal vez, la más famosa, o por lo menos, la más fotografiada de Mardin. De hecho, seguramente lo primero que hayas visto de la ciudad haya sido su cúpula y bellísimo minarete.
Ulu Cami (que es la palabra turca para “mezquita”, y se pronuncia “yami”) es una mezquita del siglo XII, que tiene inscripciones de varios periodos de la historia, empezando por la dinastía selyúcida.
Es decir, se cree que se ha ido complementando hasta llegar a lo que es ahora. Además de eso, se cree que la mezquita conserva fragmentos de la barba de Mahoma.
Mezquita Latifiye
También conocida como mezquita Erkulu, es bellísima. Sobre todo por los grabados que tiene en la primera, y segunda entrada.
Los grabados de la segunda puerta tienen una belleza difícil de describir.
Iglesia ortodoxa
Como dije antes, en Mardin confluyen distintas culturas y religiones. Antes, la presencia de cristianos era mayor, pero eso cambió al finalizar la Primera Guerra Mundial, por lo que se conoce afuera como el “genocidio armenio”.
Un hecho que Turquía no reconoce como tal, y que ha sido causal de roces diplomáticos con algunos países de Europa occidental.
Mi impresión es que Mardin es ahora extremadamente tolerante, y en una misma calle te puedes encontrar una mezquita islámica, una iglesia católica y otra, ortodoxa.
Esta iglesia ortodoxa, en concreto, me sorprendió porque está hecha toda en piedra.
Madrasa Zinciriye
Una madrasa es una escuela islámica. Aunque tal vez no funcione como en la antigüedad, los edificios sí son de esa época, con inscripciones similares a las de las mezquitas Ulu y Latifiye.
Cuando visité Mardin, no pude entrar a esta mezquita porque estaba en reparación. Sin embargo, subí al mirador detrás de ella y la vista hacia la madrasa, y hacia Mardin en general, me pareció alucinante.
¡Súper recomendado que subas a la hora del atardecer! El mirador queda en la vía subiendo hacia el Castillo de Mardin.
Por cierto, no incluí el castillo en el listado como tal, porque cuando fui estaba cerrado al público. Según me dijeron mis nuevos amigos, el ejército turco se lo tomó.
La vista del castillo permite ver hacia Siria en el horizonte, así que esta explicación fue el máximo contacto que tuve con ese conflicto.
Antigua oficina de correos
Un edificio que fue propiedad de una familia acaudalada, después oficina de correos, y actualmente, propiedad de la Universidad de Mardin y hotel.
Entrar a la antigua oficina de correos te dará una idea de cómo eran las casas antiguas, al estilo de las que muestran en las novelas Sila y Hercai (por si no puedes ir a Mydiat, como me pasó a mi).
La entrada, si mal no recuerdo, cuesta alrededor de 10 liras (poco más de 1 euro).
Colegio antiguo
Es un colegio aún en funcionamiento. Otro sitio “instagrameable” de esta maravillosa ciudad, como para variar, jeje.
Sitios para visitar fuera de Mardin
Mardin es un espectáculo como tal, pero sus alrededores no se quedan atrás. Si no tienes disponibilidad de alquilar un carro, también puedes contratar un tour en el centro de Mardin, para que te lleve a estos lugares.
La ciudad antigua de Dara
Dara (o Anastasiópolis) fue una ciudad construida durante el Imperio Romano para contener el avance del Imperio Persa.
Por esta razón, era una ciudad amurallada (con unos muros de 4 km de extensión). Tenía el objetivo de abastecer a los soldados antes de atacar o defender la ciudad, frente a la entonces persa de Nusaybin (ahora en Turquía).
Sus ruinas apenas están siendo desenterradas y por ello, Dara no ha alcanzado la popularidad de otras ciudades históricas de Turquía.
Sin embargo, están tan bien conservadas, que este lugar también recibe el nombre del “Éfeso de Mesopotamia”. Este punto, y también la propia Mardin, tienen potencial para ser consideradas Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad antigua de Dara está ubicada en el pueblo turco llamado Oguz. Allí puedes visitar los puntos que verás en el vídeo, y cuyos mapas encuentras después de este:
Necrópolis de Dara
Un lugar lleno de tumbas y catacumbas que tiene una belleza especial. ¿Primera impresión? Como si estuviéramos viendo las ruinas de Petra, en Jordania, lol.
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La entrada es libre.
La increíble cisterna de Dara
La cisterna de Dara apenas fue desenterrada en 2016, por lo que pocos turistas la conocen.
Sin embargo, es más profunda que la famosísima Basílica Cisterna de Estambul, y fue encontrada debajo de una casa de campesinos. Los pobladores de la zona la llamaban el “calabozo”.
Así mismo, los arqueólogos sospechan que hay mucho más de esta ciudad, bajo tierra.
Ruinas de la ciudad antigua
Si caminas 5 minutos a la derecha de la entrada a la cisterna bajo tierra, podrás acceder a las ruinas de la ciudad habitada. Entre ellas, restos de la muralla, puentes y otros cimientos.
Sobra decir que son lugares MUY fotogénicos.
La madrasa Kasimiye
No está tan lejos de Mardin como Dara, pero sí está a las afueras del centro histórico. Dentro de la escuela islámica verás mapas astronómicos, y pequeñas puertas que daban a las salas de estudio.
Tambien hay un canal de agua, y marcos muy bellos.
El monasterio Mor Hananyo
Un monasterio siríaco ortodoxo, a aproximadamente 40 minutos de Mardin. Su arquitectura también es bizantina de color ocre, y entre las curiosidades de este lugar es que aún celebran ceremonias religiosas en arameo.
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Dentro del monasterio verás varias capillas y además, puedes acceder a las ruinas del templo pagano sobre el que fue construido el monasterio.
Si eres de Latinoamérica y viajas a Turquía, NO TE ARRIESGUES a viajar sin seguro: cómpralo en el buscador Asegura tu Viaje, que te permite comparar varias marcas desde un mismo sitio web.
Mydiat
Es una localidad un poco más lejos del centro histórico de Mardin, pero tiene fama de ser hermosa. Allí encontrarás la casa donde grabaron las series turcas Sila y Hercai.
En mi caso, no alcancé a ir porque tuve que regresar a Estambul de inmediato (por esa fecha estaban poniendo nuevas restricciones de viaje, y pronto iba a tomar mi vuelo a Colombia).
Sin embargo, no podía dejar este post sin mencionar el principal motivo por el que las aficionadas a las series turcas visitan esta zona de Turquía.
Un fenómeno audiovisual que atrae a centenares de mujeres cada año.
Si te sirvió, PINÉALO 😉
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