Cuando fui por primera vez al Páramo de Ocetá para ver el más hermoso de Colombia, según dicen, no me dejaron entrar: me devolvieron. ¿Por qué? Ya no se permitía el ingreso sin guía. Como no quiero que te pase lo mismo, van todas las indicaciones antes de ir.
En este post te presento la primera experiencia que tuve, con la agencia Monguí Travels, y en el siguiente video, la segunda, en 2021, con Tour Explore Boyacá:
¿Qué me pasó la primera vez, exactamente?
Pues fui al Páramo de Ocetá un domingo de 2019 con un grupo de viajeros, algunos de los cuales eran de la zona. Le tenía muchas ganas porque me habían dicho que se podían ver frailejones bien robustos y altos. El anterior páramo que había visitado hacía un par de meses era uno cercano a Bogotá, llamado Matarredonda, que únicamente me produjo decepciones.
Allí llevé a un amigo holandés que estaba de visita, después de haberle hablado maravillas de los páramos. Busqué alguno adonde se pudiera llegar fácilmente desde la capital – sin haberlo visitado antes y así yo también conocía (error mío) -. Por ello, terminamos en Matarredonda. Con la mala suerte de que los frailejones (Espeletia) estaban tan pequeños y casi pegados al suelo, que me dio hasta vergüenza presentarle semejante imagen, de la que era la supuesta maravilla nativa de Colombia, Ecuador y Venezuela.
Conclusión: yo moríaaaaaaaaaa por visitar uno que de verdad sorprendiera a un extranjero.
Hacía rato no iba a uno donde los frailejones tuvieran centenares de años y sus hojas fueran bien gruesas. Con flores bien poderosas. Donde se viera todo un valle adornado con ellos. Un páramo como Dios manda. Eso prometía el páramo de Ocetá.
Y llegué entonces al comienzo del trek un domingo con una docena de personas. Un policía y un funcionario de no-se-sabe-donde nos trancaron el paso. Nos buscaron en una lista y como no estábamos, nada. No había poder humano que nos concediera el acceso.
Que debíamos haber reservado antes, que el cupo de gente autorizada por día estaba lleno, que era culpa nuestra por no haber preguntado en ninguna agencia de viajes ni en los hoteles de Monguí, el pueblo de Boyacá al que hay que llegar para ir al Páramo de Ocetá.
Como no nos habíamos quedado en hotel – porque uno de los que iba tenía finca-, ni habíamos preguntado en agencias – porque algunos de nuestro grupo eran de la zona-, pues quedamos, literalmente, en la olla.
En el pueblo no hay carteles ni hay nada que diga que no se puede entrar sin guía.
¿Pero pude entrar al Páramo de Ocetá?
Ese día, no. De hecho, aprovechamos para relajarnos por las callecitas del pueblo que, por cierto, debería tener más publicidad. ¿Por qué? Pues por todo lo que ves en este video que grabé en una visita posterior:
Sin embargo, volvamos a aquella primera visita fallida. Afortunadamente, era puente y algunos del grupo, que no teníamos que trabajar el martes, nos quedamos para subir el lunes festivo, y así no perder el viaje.
Averiguamos en una agencia ubicada en la plaza central de Monguí, y reservamos nuestro cupo y guía para el siguiente día.
La agencia escogida sería Monguí Travels, que nos ofreció el plan de la foto.

Así, pudimos confirmar al día siguiente, que si el Páramo de Ocetá no es el páramo más lindo de Colombia, por lo menos se ubica entre los 5 primeros.
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Lo que verás en el trek al Páramo de Ocetá
Al comenzar la caminata, que empezamos hacia las 9 a.m., nos explicaron varias historias indígenas. Entre ellas, la de un suicidio masivo, ocurrido en una montaña cercana al pueblo. Leyendas y más leyendas, como, también, la de una tradición para las mujeres, de tatuarse el brazo para asegurar mayor fertilidad.
Como yo era la única chica del grupo, se imaginarán quién fue el conejillo de Indias…

Después de una breve explicación sobre plantas, paramos a tomarnos una foto en el «Cajón del Rey». Una gran roca enclavada en medio de las montañas, que da unas vistas nada despreciables, cuando aún no se ha llegado al páramo.

Después de esto, ya seguiría la subida dura. Y digo dura, porque la altura no es cualquier cosa: estábamos a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, así que toca a paso lento, pero seguro, jejeje. Finalmente, terminamos pasando del bosque alto andino, subpáramo, y lo más esperado: el páramo.
Valles enteros de frailejones. Más de 2 metros de altura, más de 200 años de historia concentradas en esas lomas. ¡Lo que tanto había esperado!

Después de tomarnos nuestro tiempo para las respectivas fotos, paramos a almorzar en unas piedras al lado de un abismo. Ya habíamos llegado a 3.854 m.s.n.m.
Antes de empezar la caminata, compré un sandwich en la cafetería que está por la calle de la Catedral (plaza principal de Monguí), pero no me lo pude comer porque me pareció horrible. Solo pan, sin sabor de nada. Aunque no probé el sandwich que venden en la agencia Monguí Travels, creo que cualquiera podría ser mejor que el del negocio aquél.
Después de aquello, volvimos a bajar la loma para adentrarnos en unas cuevas donde, supuestamente, los indígenas muiscas se escondían en la época de la Colonia, o ponían trampas a los caballos de los conquistadores para que cayeran por ahí. ¡En algunos puntos había que pasar de lado (pilas a meter barriga) o arrastrarse!
Luego, tras otra caminata corta, llegamos a la última parada, que me pareció tal vez la más espectacular: la cascada de Penagos, que tiene, igualmente, una leyenda muisca detrás, según el primer guía que tuve.
De acuerdo con esta, la princesa indígena Ocetá, quien estaba enamorada del guerrero Penagos, decidió morir de amor, básicamente. Penagos murió luchando contra los españoles y Ocetá se fue a una montaña en el páramo para fallecer allí. La cascada son las lágrimas de Ocetá.
Sin embargo, en 2021 volví con Tour Explore Boyacá y ese guía desmintió al primero. Dijo que todo era un invento para generar más interés en las caminatas y el paisaje.
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¿Cómo llegar al Páramo de Ocetá?
Debes ir hasta Monguí, Boyacá. De la plaza principal salen los tours hacia el Páramo de Ocetá. Ten en cuenta las recomendaciones que te di anteriormente.
Yo fui a Monguí desde Bogotá. En primer lugar, tomé un bus a Duitama porque me iba a encontrar con otros viajeros que tenían carro particular, y de allí, salimos hacia el pueblito.
Sin embargo, si vas en transporte público, debes tomar un bus a Sogamoso, y posteriormente, de allí, otro bus a Monguí. No debería costarte más de 20 USD, ambos buses (solo ida).
Te explico mejor esa ruta, en este video que grabé, en una ida posterior:
¿Qué llevar al Páramo de Ocetá? (Empaca ASÍ)
Como imaginarás, la mochila para ir a páramo es muy diferente de lo que debes llevar para cualquier otro viaje.
El páramo es frío, puede llover en cualquier momento, y si no llevas la ropa adecuada, podrías quedar con los pies empapados. Lo cual, teniendo en cuenta que se trata de una excursión de un día entero, puede no ser muy cómodo.
El sol quema, aunque no parezca, y el impermeable parece imprescindible.
Así que te recomiendo, sí o sí, empacar teniendo en cuenta esta lista que hice para facilitarte el proceso previo al viaje al Páramo de Ocetá.
De nada!!! 😉
¿YA FUISTE AL PÁRAMO DE OCETÁ? ¿Cómo te pareció? ¡Comenta!
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Pudiste ir a la laguna negra o le dijeron q el sendero para llegar alla esta cerrado?
Hola! El sendero hasta la Laguna Negra, yendo por la entrada normal al páramo de Ocetá, está cerrado (nos dijeron que eran predios privados y no se podía pasar). Pero puedes visitarla por otra vía, en carro, desde fuera.
Hola, mil gracias por compartir tu experiencia. He intentado ir varias veces con gente que es mas facil reunir una tracalada de micos para una foto. Conlcusión: me voy solo. Un abrazo..respetando el páramo.
Jajaja esooooo!!! Solo reservar antes y ahí si podrás entrar. Que disfrutes!!
La belleza y riqueza de los páramos no sólo están en la especie de frailejones que te gustan, que son los espeletia grandiflora, está en la labor que tienen los páramos para nuestro terrritorio y nuestras poblaciones. Es que me descolocó mucho la forma en que te referiste al otro páramo que visitaste, debes saber que hay más de 60 especies de frailejones y no porque no sean igual a los grandiflora no quiere decir que sean más feos y hagan al lugar menos apreciable. No se trata de la belleza exterior de los páramos, se trata de su importancia y su beneficio para nuestro mundo. Es importante cómo te refieres sobre los ecosistemas en tus redes sociales, más en este tiempo tan adverso para ellos donde solo se va a pasear y no a aprender.
Claro que sí. Así es mi estilo, sin embargo! No es cuestión de ofender a nadie ;). Gracias por tu comentario
De acuerdo. Espeletia argentea, por ejemplo, es un frailejón que crece a nivel del suelo. Con hojas delgadas pero de un tono plateado, muy hermoso, pero que contrasta con las de otras especies como grandiflora.
De acuerdo con tu comentario y también me parece desacertado, y sobre todo impreciso, decir que por no haber frailejones de gran tamaño es un páramo en mal estado. Esto genera desinformación, pilas!
Saludo.
No soy bióloga ni pretendo serlo. Un saludo