La Casa de las Piedritas es un lugar alternativo para visitar en Medellín en medio día, que te súper recomiendo. No sólo porque es hermosísima, sino también por la historia de amor entre Santiago y Gloria, que dio pie a su construcción.
Y es que la Casa de las Piedritas no es un lugar como cualquiera. Es un sitio cuya decoración principal se enfoca en este material, por una sencilla razón: cuando Santiago Rojas y Gloria Ochoa (dueños de este lugar) eran novios, había una hora límite para las visitas, que imponía la familia de ella.
Si Santiago no alcanzaba a llegar a tiempo, tomaba piedritas de la calle y se las lanzaba a Gloria por la ventana, para que ella supiera que seguía pensándola.
“Cuando éramos novios, la visita en esa época solamente era de 7 de la noche a 9 p.m. Muchas veces que él pasaba por mi casa, me lanzaba una piedrita por la ventana”, afirma Gloria, entre risas.
El romance es otro de los atractivos de este sitio, que atienden los protagonistas de la historia, en persona. Les encanta repetir cada día de dónde surgió tanta genialidad.
Las ganas de tener una “Casa de las Piedritas”
Santiago no había estudiado Arquitectura, Diseño Industrial, ni mucho menos Ingeniería Civil. Y sin embargo, fue capaz de construir un lugar inmenso, de tres pisos, con distintas cocinas, habitaciones, salas, comedores, terrazas, baños…
Todo esto, gracias a sus ganas de ver el sueño de su vida, la “Casa de las Piedritas”, convertido en realidad.
“Me tocó irme muy lejos porque no estudié. Nunca me gustó eso. Y yo soñaba con esto”, asegura el otro integrante de esta historia de amor.
Santiago se fue varias veces a Estados Unidos a trabajar, ahorrar y regresar, para seguir cumpliendo la promesa que le hizo a su amada cuando eran novios: regalarle una “Casa de Piedritas”.
Pero no partió de la nada. En un principio, se trataba de un pequeño inmueble con “una habitación, una salita y un muro que separaba la habitación de la sala. Y cocina y servicios”, según Gloria.
Poco a poco, Santiago se encargó de comprar esa propiedad inicial con el lote correspondiente. Y a partir de ahí, dejó volar su imaginación.
La estructura de la “Casa de las Piedritas”
Cuando entres a este lugar, empezarás a ver piedras de todos los tamaños. Tan sólo en la recepción, hay una gigante que se sostiene sobre una especie de columna. Parece un altar.
Apenas empieces a caminar, verás las estanterías llenas de pequeñas rocas, de todos los tamaños y distintas tonalidades. Realmente, se nota el esfuerzo de Santiago por reunir una gran variedad.
Como él mismo cuenta, empacaba piedritas de cada lugar visitado para seguir contribuyendo con el “patrimonio” de la casa.
Poco a poco, y si abres bien los ojos, las verás en la ducha de los nietos, que está apenas pases la primera habitación. Te invadirá una sensación refrescante al imaginar un baño en plena naturaleza.
Luego, aparecerán en las columnas, que no tienen una forma definida… En el suelo, y hasta en las sillas. El agua en una que otra fuente también es un detalle que aporta a la paz del lugar.
Además, las telas de los muebles hacen juego con el estilo rústico de la Casa de las Piedritas. Entre pequeñas rocas, verás una explosión de color que proviene de las colchas de retazos que cubren las camas, y algunas banquitas.
En fin, no quiero describirte cada detalle porque es algo que vale la pena ver con tus propios ojos…
Pero sí destacar que Santiago no para nunca de seguir aportando a esta obra.
Mi primera visita a la “Casa de las Piedritas”, versus la segunda
Descubrí este lugar gracias a Tripadvisor en 2019. En tantas veces que había ido a Medellín, jamás había escuchado de este sitio. Así que decidí ir.
Por fuera, no parece algo del otro mundo… Hasta que entras.
Me fascinó, sobre todo, la primera salita, que es donde además, tienen un libro para que los visitantes pongan sus impresiones.
Luego, seguimos revisando los patios, más cuartos y el segundo piso. Quedé enamorada.
Sin embargo, a mi regreso en 2021, me impresionó aún más. ¡Tenía un piso adicional!
Pese a que Santiago se veía un poco disminuido y su voz sonaba quebrada, este hombre había aprovechado la pandemia para seguir en su tarea. Ahora tiene cáncer. Y aún así, no se amilana.
El tercer piso incluye entonces un comedor con varias mesas, como si fueran a poner un restaurante, habitaciones y, claro, balconcitos y terrazas.
No hay palabras para describir la fuerza que tiene este hombre, pese a su contextura delgada y baja estatura.
La fuerza física, o el amor que siente por su mujer. Cualquiera de las dos.
¿Dónde queda la “Casa de las Piedritas?
Está ubicada en Envigado, un municipio del Área Metropolitana de Medellín. La dirección exacta es Calle 40 Sur # 31-1.
Desconozco cómo llegar en transporte público. Sin embargo, puedes pedir un taxi o Uber y darle esa dirección, y estarás allí en un dos por tres.
Aquí tienes el mapa para que te ubiques más fácilmente:
Horario de la “Casa de las Piedritas”
Santiago y Gloria muestran su propiedad todos los días de 2 de la tarde a 8 de la noche.
Incluso, me dijeron que es posible comprar una pizza y comértela en el nuevo comedor del tercer piso, con aviso previo.
O sorprender a tu pareja con una cena romántica allí… En fin. ¡Cuestión de hablarlo con ellos!
Costo de la entrada
En realidad no te cobran para entrar a la “Casa de las Piedritas”, pero tienen una alcancía de “propina voluntaria”, apenas terminas el tour y regresas a la sala principal del primer piso.
Obviamente, dejas lo que te nazca del corazón. Personalmente, dejé 20.000 COP, si mal no recuerdo.
¿Ya conoces la “Casa de las Piedritas”? ¿Qué te pareció? (¡Ponlo en comentarios!)
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